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El declive industrial de las comarcas mineras

Los últimos bocadillos del Montsacro y el Sotón

Hunosa aplica el cierre administrativo a las dos explotaciones de Morcín y San Martín, que permanecerán activas como pozos auxiliares, tras el traslado de todos sus trabajadores

Restos de los alimentos que ayer se comieron por última vez en el pozo morciniego. FERNANDO GEIJO

El comedor del pozo Montsacro estaba ayer, al filo de las dos de la tarde, vacío. Sobre las mesas, los últimos restos de los bocadillos que los mineros comieron ayer, antes de abandonar esta instalación de Hunosa. La compañía minera ha comenzado el año con dos explotaciones menos, la citada de Morcín, y el pozo Sotón, en San Martín del Rey Aurelio, dando cumplimiento así al plan de empresa firmado con los sindicatos, en mayo del año pasado. Son dos cierres administrativos, que no implica la clausura de las explotaciones. Tampoco van a suponer un golpe traumático ni para las zonas donde se ubican ni para los trabajadores. Ningún minero va a ser despedido, ya han sido reubicados en sus pozos hermanos, San Nicolás, en Mieres, y María Luisa, en Langreo. Tampoco las minas van a ser inutilizadas, como ocurriera con otros pozos de Hunosa. El Montsacro y el Sotón permanecerán como instalaciones auxiliares.

Ninguno de los dos eran hoy en día dos ejes fundamentales sobre los que se sostuviera la economía de sus lugares de ubicación. En el caso de la explotación morciniega, su localidad más próxima, La Foz, apenas notará el impacto de los menos de cien trabajadores que quedaban en la mina, que poca vida hacían en el pueblo. Menos daño aún provocará la clausura del Sotón, a caballo entre Sotrondio y El Entrego, en una zona no urbana, y sin negocios a su alrededor que se beneficiasen de la presencia de sus trabajadores.

Pese a estar administrativamente cerrados desde el 1 de enero, los trabajadores del Montsacro pisaron ayer por última vez el pozo. Fue el día de completar su traslado a Nicolasa. Uno de los últimos en dejar Morcín fue Jonathan Ramos. Este joven trabajador de La Felguera lleva cuatro años extrayendo carbón en la mina. "La verdad es que da algo de pena recoger y saber que la próxima vez que entre a trabajar no será aquí", explicaba antes de sacar su coche por última vez del aparcamiento. "Ha sido un día normal, aunque sí que es verdad que hemos salido un poco antes para ir a Mieres a que nos den taquillas y completar el traslado", indicaba Ramos.

La casa de aseo del Montsacro se quedaba, así, vacía. Aunque todavía quedará alguien para poder usarla.

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