Hasta la Segunda Guerra Mundial, las palomas mensajeras servían como servicio de correos. "Ahora la colombofilia es un deporte". Con estas palabras define Javier Álvarez su pasión. Y es que la colombofilia consiste en la cría y adiestramiento de palomas mensajeras con el objetivo de probarlas en competiciones. "Lo que hacemos es soltar al animal desde un punto para que vuele hacia su hogar", afirma Álvarez, presidente de la Sociedad Colombófila de Langreo.

Hace treinta y cinco años que comenzó su gusto por este deporte que él considera como "poco conocido pero muy bonito". Eso sí, carecen de cualquier tipo de colaboración. Como el propio presidente aclara, "cada uno cuida sus animales y vamos recibiendo avisos de las competiciones". Las reuniones son anuales y las nuevas tecnologías han apoyado nuestro trabajo, como recalcan desde la Sociedad. En parte asegura que la colombofilia es un arte porque "no todas las palomas son iguales y tenemos que conocer los puntos fuertes de cada una".

Asturias y España no tienen demasiado prestigio en cuanto a esta labor. "Hasta hace tres años dependíamos del ejército, pero por la crisis pasamos a manos del CSD", recuerda con claridad Javier Álvarez. Las dificultades económicas se notan también en el número de licencias. "En la Sociedad de Langreo hemos pasado de más de veinte a solamente siete". La situación de nuestro país esgrime Álvarez que "está a años luz de los países más importantes, que son Holanda y Bélgica". Se trata de una estructura piramidal: desde los organismos internacionales se van convocando a los países y dentro de ellos a los adiestradores que desarrollan está actividad.

Los mejores contendientes son aquellos que plantean recorridos casi sin obstáculos. "Gana el animal que alcanza la mayor velocidad, pero hay que tener en cuenta los relieves y la presencia de depredadores", asegura el presidente de la Sociedad. Para el futuro, según la visión de Álvarez, la perspectiva no tiene visos de ir a mejor. Cuando se le pregunta por la solución Álvarez lo tiene claro: "El futuro de la colombofilia está en los pueblo".