Los parques naturales de las Cuencas tiran del verano. Los establecimientos hosteleros de los espacios protegidos de Redes, en el Nalón, y Las Ubiñas-La Mesa, en el Caudal consiguen mantener este mes de julio una ocupación "bastante buena". El alto Aller, con mucha afluencia durante el invierno, no se acerca ni siquiera al cartel de completo. También hay poca actividad en los núcleos urbanos más importantes de los valles mineros.

"Hay más movimiento, pero falta aún para volver a los datos de antes de la crisis". Es la opinión de Marigel Álvarez, del hotel rural Reciegos, ubicado en Campo de Caso. Cerrará el mes, prevé, con una ocupación media del sesenta por ciento.

En Rioseco, Laura Fernández, del hotel rural El Secreto de Julia, se muestra contenta con la evolución que ha tenido su negocio, abierto en 2012, en aumento "año tras año". "Cuesta mucho esfuerzo sacarlo adelante", explica Fernández, cuya clientela suele buscar "descanso, tranquilidad, buena gastronomía y el buen clima". Este es el caso de Javier Meneses y de María José García, madrileños alojados en El Secreto de Julia, que huyen del extenuante calor de la capital. "Esta zona nos ofrece rutas para poder caminar y Asturias, buena temperatura. Hoy iremos a la Ruta del Alba o a la del Tabayón", apuntaban.

La presidenta de la Asociación de alojamientos de turismo valle del Nalón, Pepa Cabello, asegura que el mes de agosto se prevé movido en Redes. "Muchos han cerrado ya reservas, aunque la vista está puesta en los visitantes de última hora", señaló la hostelera. La crisis ha cambiado las costumbres de los turistas, que cada vez deciden el destino con menos antelación. Los hosteleros también se han visto obligados a adaptarse a los nuevos tiempos. Desde La Casona de Rioseco, Hugo Prado explica que "tenemos los mismos precios que hace diez años. Con todo, aún tenemos muchos turistas que no cogen la habitación", destacó el hostelero. Este hotel ha pasado las primeras semanas del verano con una ocupación aproximada del 70 por ciento, aunque siempre con clientela de última hora y "gente que va y viene". "Que alguien se quede diez días ahora es casi imposible, la mayoría de los turistas cogen el fin de semana", señaló. Prado sí nota la recuperación en el restaurante. "Algunas veces llega algún cliente un domingo y, al ver que no tiene sitio, te pregunta que dónde está la crisis", apunta. Una cuestión para la que él tiene la respuesta: "La crisis está en el lunes y el martes".

En el alto Aller, también salvan mejor los muebles los restaurantes que los hoteles. Conchi Muñiz, propietaria de los apartamentos rurales Molín d'Eloy, registra más reservas para las mesas que para las camas, donde tiene una ocupación media del treinta por ciento. Igual pasa a sus vecinos del alojamiento El Rápido, en el que Nieves Suárez ofrece información pero apunta pocas reservas. Tienen la vista puesta en agosto: "Suele ser más movido".

Visitar el resto de Asturias

La asociación "Aller Experiencias" registra un mejor balance entre los asociados de la zona media y baja del municipio. "Quizás es que los visitantes quieren moverse por Asturias durante su estancia y encuentran mejor situados los alojamientos que no están tan lejos de la playa", explicó Cani Díaz, de la junta directiva de la entidad y propietaria de los apartamentos Llana de Cabañaquinta.

Donde tienen listo el anuncio de "no quedan plazas" es en el entorno del parque natural de Las Ubiñas, en Lena. El presidente de la Asociación Asturcentral, Luis Núñez, señaló ayer que "el balance ha mejorado desde la declaración como Reserva de la Biosfera pero aún queda mucho trabajo por hacer". "Es necesario que las administraciones nos ayuden con la promoción", destacó el hostelero.

En el hotel Santa Cristina, José Antonio García aprovecha el estío para llamar a los turistas ligados al cicloturismo. Ha acondicionado su hotel para que los ciclistas se sientan como en casa: "Fue una gran idea y lo cierto es que cada año tenemos más éxito", explicó.