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Alberto, el delantero de la lectura

Unos padres primerizos de Mieres inscriben a su recién nacido en la biblioteca pública en vez de regalarle el habitual carné de socio de un equipo de fútbol

Alberto, el delantero de la lectura

Ni socio del Real Oviedo ni del Sporting de Gijón. Tampoco del Caudal Deportivo. Alberto García Fernández nació ayer, a la una y media de la tarde, en el Hospital Vital Álvarez-Buylla de Mieres, con un libro debajo del brazo. Sus padres quieren que el primer carné con su nombre inscrito no sea el de un club futbolístico, como hacen muchos padres; ellos desean que su primer carné sea el de la Red de Bibliotecas de Asturias. Lo planearon hace ya unos meses, mientras pintaban de amarillo la habitación de su primer hijo, y esta mañana lo harán realidad. Será el socio más joven de las salas de lectura de la región, hasta que otro retoño de familia lectora lo destrone. Los recién estrenados papás consideran que aficionarse al fútbol es fácil, pero un buen lector se cría en casa y desde la cuna.

"Hay muchos balones rodando por los parques infantiles y ningún libro". Con esa afirmación explican Verónica Fernández y José Luis García su decisión de inscribir con sólo unas horas de vida a su hijo en la Biblioteca de Mieres. No quieren que nadie los malinterprete. "Sabemos que el deporte también es muy necesario para el desarrollo de nuestro hijo y lo practicará. Pero poca gente presta atención a la lectura y a la cultura en general, esenciales para cultivar la mente. Al balón tendrá mucho tiempo de aficionarse, en el cole o en el parque jugará con sus amigos, pero no es tan fácil que un niño coja el hábito de la lectura".

Ellos son el vivo ejemplo de la cita latina "Mens sana in corpore sano". Él trabaja como administrativo en el hospital de Mieres y ocupa parte de su tiempo libre con el fútbol. Ella es monitora de pilates de profesión. Pero ni las patadas al balón ni los abdominales acompasados de una buena respiración son incompatibles con leer un libro en el sofá.

Se dejan llevar por una buena historia siempre que pueden. Los libros han sido un nexo durante su relación y llevan años compartiendo marcapáginas. Son socios de la Red de Bibliotecas de Mieres desde hace dos décadas y han perdido la cuenta de los préstamos que han registrado a su nombre. La llegada de internet y la venta de ebooks, reconocen, han mermado sus visitas a las salas de lectura. Un hábito que recuperarán con la llegada del pequeño Alberto a casa.

Volverán a frecuentar la Biblioteca de Mieres hoy mismo, cuando José Luis García firme el formulario de socio para su hijo. Quieren que una de sus obras de cabecera sea "La historia interminable", de Michael Ende, el libro favorito de Verónica Fernández. Tendrá que madurar un poco más para comprender la obra que más le gusta a su padre: "Diario de un náufrago", de Gabriel García Márquez. Durante los últimos nueve meses, su mamá le introdujo en la novela histórica. Leyó "El invierno del mundo", de Ken Follet, durante el embarazo. Lo terminó unos días antes de dar a luz.

Justo a tiempo para recibir a Alberto y hacerlo socio de la Biblioteca en su primer día de vida. Pero no pudo ser, porque el pequeño llegó al mundo sólo una hora y media antes de que las bibliotecas terminaran su jornada (con el horario de verano cierran a las tres de la tarde). En eso no lo acompañó el destino, pero sí en su signo zodiacal. Sus padres, aunque no siguen el horóscopo, están muy contentos de que su signo zodiacal sea Leo. Porque "Leo" es también la simpática mascota de las bibliotecas de Mieres. Lo de Alberto parece que estaba escrito.

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