Los pantanos de las Cuencas aún tienen agua para abastecer sin problema a la zona centro del Principado de Asturias. Y todo ello, pese a que en los últimos quince días, las reservas se han situado por debajo del 70%. La escasez de lluvias y las altas temperaturas han provocado que en dos semanas, el embalse de los Alfilorios, en Morcín, y el conjunto de presas de Tanes-Rioseco, en Caso y Sobrescobio, hayan perdido en conjunto dos hectómetros cúbicos de agua pasando de los 34 hm3 en la primera semana del mes, a los 32 que ahora acumulan entre ambas instalaciones.

En el caso del pantano morciniego, la variación respecto a comienzos de mes es de un 12,5%. Ha pasado de acumular 5 hectómetros cúbicos de los 8 que puede llegar a albergar, a cuatro, es decir un 50% de su capacidad. Si comparamos el agua embalsada ahora con los datos del año pasado, la diferencia es aún mayor, de un 25%. Por estas mismas fechas, en 2014, los Alfilorios acumulaban 6 hm3, un 75% de su capacidad total.

El conjunto de presas de Tanes-Rioseco también ha perdido un hectómetro cúbico de agua en apenas 15 días. Actualmente sus reservas están al 73,7%, mientras que a comienzos de mes se situaban en el 76,3%. En valores absolutos, esto se traduce en que ahora hay embalsados 28 hectómetros cúbicos de agua, mientras que hace dos semanas había 1 más, 29. Al contrario de lo que sucede en Morcín, los pantanos del valle del Nalón, de los que se abastece buena parte de la zona central de Asturias, acumulan ahora más agua que hace un año. En el boletín hidrológico emitido por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, se reflejaba que en el mismo periodo de 2014, las reservas eran de 27 hectómetros cúbicos, es decir, que el complejo de Tanes-Rioseco estaba al 71% de su capacidad.

Pese a que 2015 está siendo un año especialmente seco según los expertos, los asturianos de la zona centro pueden estar tranquilos, puesto que las reservas de agua acumuladas en los pantanos son suficientes para garantizar el suministro. Y es que mediada la primavera, tanto los Alfilorios como Tanes-Rioseco estaban prácticamente al cien por cien de su capacidad. Además de las lluvias, que fueron abundantes, también se hizo notar el deshielo de la gran cantidad de nieve que cayó durante el invierno, lo que permitió a las presas de los valles mineros afrontar el periodo estival y más seco del año con todas las garantías para la población.