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Mieres Tubos reincorpora a su plantilla tras más de un año sin actividad industrial

Los trabajadores han regresado a sus puestos, aunque la factoría no ha comenzado de nuevo a producir al carecer aún de materia prima

El acceso a la fábrica de Mieres Tubos, ayer, con las puertas abiertas. J. R. SILVEIRA

La plantilla de Mieres Tubos ha regresado a sus puestos de trabajo tras más de un año de regulación de empleo. Los cerca de cien trabajadores pertenecientes a la antigua Perfrisa se han reincorporado pese a que la empresa sigue sin tener materia prima con la que trabajar. El personal, por tanto, se está dedicando exclusivamente a realizar labores de mantenimiento, según explicaron a este diario portavoces sindicales. La incertidumbre sobre el futuro de la factoría de Sueros sigue por lo tanto latente, ya que los problemas de financiación siguen sin solución.

La plantilla de Mieres Tubos ha vuelto a sus puestos, pero en unas condiciones laborales que no cumplen las expectativas del personal. De momento, la dirección ha comunicado al comité de empresa que ha solicitado la intervención del Gobierno regional para conseguir su mediación a la hora de reabrir las vías de financiación que la fábrica necesita para volver a producir. El problema es que no ahora la factoría no puede acceder al mercado en busca de materia prima, si no se cumplen las garantías de pago necesarias. El plan industrial firmado en mayo sigue sin dar estabilidad a Mieres Tubos. Los sindicatos reconocen que la vuelta al trabajo "es un avance importante", aunque remarcan igualmente que "el futuro de la empresa nos sigue preocupando enormemente". A nivel interno aún no se han sofocado las tensiones, ya que los trabajadores han estado en sus casas más de un año. El acuerdo establece que no habrá más regulaciones hasta, en el peor de los casos, febrero.

La situación de Mieres Tubos sigue siendo delicada. Ahora las miradas se han vuelto hacia el Gobierno regional. Los sindicatos confían en que la mediación del Principado permita abrir vías de financiación que faciliten recuperar la producción. La factoría de Mieres se dedica a la fabricación de barreras metálicas de seguridad y tubos de conducción y para invernaderos.

El grupo Condesa anunció el pasado día 13 de diciembre un acuerdo con sus acreedores, lo que evitó su entrada en concurso de acreedores. Logró reestructurar su deuda a través del instrumento creado por los principales bancos con el respaldo del Gobierno, el denominado "banco malo de empresas". Según el citado acuerdo, los originales dueños se han quedado con la factoría de Mieres Tubos, junto con Condesa Inox (Álava) y Tumesa (Valencia). Los bancos junto con Arcelor-Mittal, principal acreedor industrial, han asumido el control del grueso de la multinacional tras adquirir las factorías de Condesa Fabril (Álava), Berrioplano y Zalain (Navarra) y el resto de factorías europeas del grupo. La operación se cerró tras aprobarse una quita de la deuda próxima al 75 por ciento. Los sindicatos sostienen que la factoría tiene pedidos suficientes para trabajar con normalidad. El plan de viabilidad debe garantizar la actividad durante los próximos años.

El acuerdo se alcanzó el pasado diciembre, pero los trabajadores han tardado más de lo previsto en volver sus puestos. Condesa tiene su sede en Álava. Entre 1992 y 2004 la compañía estuvo participada, primero, por el grupo siderúrgico francés Usinor y, luego, por Arcelor, resultante de la fusión de la francesa Usinor, la luxemburguesa Arbed y la española Aceralia. En 2004 se desvinculó totalmente y adquirió a Arcelor toda su división europea de tubos (11 fábricas, entre ellas la de Mieres).

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