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Los ayuntamientos de Mieres y Langreo suman 856 trabajadores, con sólo 322 funcionarios

Los contratos laborales en los principales consistorios de las Cuencas llegan al 61%, mientras que en Siero y Castrillón se quedan en el 15%

Los ayuntamientos de Mieres y Langreo dan trabajo en sus respectivas plantillas a 856 empleados municipales. Así los recoge el último informe hecho público por la Sindicatura de Cuentas, que analiza en un estudio de fiscalización la gestión administrativa de los dos principales consistorios de las Cuencas, evaluación a la que se suman Siero y Castrillón. Este último concejo cuenta con 187 trabajadores, mientras que Siero, con más población, se queda en 305.

La principal diferencia entre los ayuntamientos de Mieres y Langreo, por un lado, y los de Siero y Castrillón, por otro, se centra en el personal laboral. Mieres suma 284 contratos laborales, sobre un total de 396, mientras que Langreo llega a los 245, alcanzando con funcionarios los 460. Siero y Castrillón se quedan en la treintena de laborales. Llama especialmente la atención el alto número de personal laboral temporal por obra y servicio que tenía Langreo a principios de 2013, fecha a la que se ciñe el informe de la Sindicatura de Cuentas hecho público recientemente. La tercera parte de la plantilla tiene esta cobertura laboral, con 118 contratos, por los 38 de Mieres y Siero.

De los 856 trabajadores que suman los ayuntamientos de Mieres y Langreo, 529 son labores, un 61 por ciento. En el caso de Siero y Castrillón el predominio es claramente de los funcionarios, que acaparan el 84 por ciento de los contratos. Así, se da la paradoja que con menor plantilla, estos dos últimos municipios suman más funcionarios (418) que Mieres y Langreo (312).

Una pregunta late al analizar la distribución de los contratos en los citados ayuntamientos. ¿Qué diferencia hay entre tener funcionarios o tener laborales? En ambos casos la selección se produce por oposición o concurso-oposición. Los laborales se rigen por el Estatuto de los Trabajadores y el correspondiente convenio colectivo. Se produce una relación indefinida empresa-trabajador. Estos puestos de trabajo, por regla general, suelen ir ligados a trabajos propios de oficios como jardineros, mantenimiento, limpieza, portería o albañiles, por citar algunos ejemplos, aunque a veces también hay puestos de auxiliares administrativos. Los funcionarios, por su parte, ven determinadas sus condiciones de trabajo por ley y sus sueldos quedan, en principio, establecidos en los presupuestos generales del estado o de las comunidades autonómicas, el Principado en este caso. Por este motivo, tienen menos capacidad negociadora. En Mieres, por ejemplo, son los labores quienes masivamente han podido acudir al juzgado para exigir los pluses retirados en el plan de ajuste de 2012. Alrededor de 120 laborales recuperarán, según las sentencias iniciales, entre 1.500 y 2.000 euros de media, mientras que los funcionarios no han podido plantear esta reclamación.

Así, el diseño de las plantillas de los ayuntamientos de Mieres y Langreo potencia, en teoría, los trabajos denominados de calle, como la limpieza o el mantenimiento de redes y espacios públicos. Pese a ello, con frecuencia han tenido que recurrir al servicio de subcontratas. En Mieres estas prácticas eran muy frecuentes durante la etapa del PSOE en el gobierno. IU las erradicó al llegar a la Alcaldía, aunque en los últimos meses ha tenido que volver a recurrir a empresas privadas para cubrir necesidades puntuales.

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