Asturias mantendrá intactos sus modelos de gestión en las estaciones de Valgrande-Pajares y Fuentes de Invierno. Al menos, así lo han asegurado las fuentes del gobierno autonómico consultadas por este diario. La razón, apuntan, es que el cumplimiento de la ley de sostenibilidad de la administración obligaría a cerrar casi todas las instalaciones deportivas: piscinas, polideportivos, y como no, estaciones de esquí. Por lo tanto, de momento, el plan pasa por no tocar nada.
Cada invierno, Pajares y Fuentes de Invierno dejan un déficit de algo más de tres millones de euros. Los en torno a dos millones que se ingresan por temporada no llegan ni con mucho a cubrir los cinco millones de euros que se gastan cada temporada en la temporada de esquí. Una inversión, que además de beneficiar a los deportistas que practican el deporte de la nieve, también permite subsistir al sector turístico en los valles de Aller y Lena, donde se levantan Fuentes de Invierno y Pajares.
Dos estaciones que además cuentan con dos modelos de gestión totalmente opuestos. El complejo invernal de Valgrande-Pajares tiene una gestión cien por cien pública. Su plantilla pertenece directamente al Principado de Asturias, y salvo las cafeterías, los alquileres y la escuela de esquí, cuya gestión se adjudica, el mantenimiento del complejo depende directamente de la administración regional.
En Fuentes de Invierno, el modelo es diferente. El Principado contrata la gestión del complejo a través de la empresa pública Recrea, y firma un contrato por un mínimo de días de apertura. La plantilla corre a cargo de la empresa pública, pero no son personal de la administración. Al final de la temporada se hace balance. Si se superan el número de jornadas contratadas, hay que pagar a mayores. Precisamente es esa una de las razones por las que se decretó hace unas campañas el cierre de los lunes en temporada baja en la estación allerana.
