La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El futuro del sector extractivo en España

Un estudio revela que suprimir el carbón nacional subiría el coste de la electricidad

Profesores de la Universidad Politécnica de Madrid sostienen que cerrar las minas aumentaría la vulnerabilidad del sistema energético estatal

La central térmica de La Robla, en León. J. R. SILVEIRA

Continuar con la extracción de carbón en España sería una "sabia decisión", ya que ayudaría a reducir la vulnerabilidad del sistema eléctrico español, minimizando "los riesgos de suministro de electricidad a medio plazo, con un coste asumible". Además, eliminar el carbón autóctono de la generación de energía estatal supondría "un incremento del precio" de la electricidad que variaría, según los meses, entre "el 1 y el 2,5%". Es decir, pese a las ayudas, la energía sería más barata con el carbón español que sin él.

Así lo afirma el informe "Contribución de las centrales de carbón nacional a la garantía de suministro de electricidad", elaborado por la Universidad Politécnica de Madrid. Los autores del estudio son los profesores Alberto Ramos Millán, Carlos Martínez Díaz y José María Martínez-Val Peñalosa. El documento establece la necesidad de que la producción energética española sea diversificada, y explica motivos técnicos por los cuales mantener el carbón nacional y las centrales térmicas que lo usan sería una "sabia decisión". El carbón se postula, en el informe, como el mejor complemento posible a la generación eléctrica con energías renovables. Es decir, cuando estas no pueden cubrir la producción -por su variabilidad-, ahí estarían las térmicas de carbón para cubrir la demanda energética. Esta función también pueden realizarla los ciclos combinados. Sin embargo, las térmicas de carbón pueden "parar la planta sin afectar al coste" de la energía que produce. Además, la materia prima puede almacenarse, algo que los ciclos combinados "no pueden realizar".

El informe establece además que "si se retira totalmente el carbón nacional el precio medio de la electricidad sube", ya que hay que "incrementar la producción de las centrales de ciclo combinado y seguir incorporando la misma cantidad de energía reactiva en las zonas donde participan las centrales de generación de carbón nacional". Así, "el incremento del precio se sitúa entre el 1 y el 2,5%, según los meses y días". A juicio de los autores, "estos resultados hablan por sí solos de los beneficios que aportan estas centrales de generación" de mineral autóctono. Los autores cuantifican en unos 330 millones de euros el ahorro producido por el carbón nacional en el coste de la energía en España en el periodo 2013-2014, que es el que estudiaron para realizar el informe. "El aporte de la tecnología del carbón es claramente beneficioso para el cliente final, ya que permite perfectamente reducir los costes de generación", expone el documento.

Pero, ¿por qué se prefiere el gas sobre el carbón nacional? El documento ofrece una respuesta clara: "se han realizado importantes inversiones en materia de instalaciones de gas, que deben ser amortizadas". Esto hace además que en el sistema eléctrico los contratos de "take or pay" del sector del gas hacen que "se distorsione de forma fuerte" el mercado. El riesgo geopolítico del gas también es mucho más elevado que el del carbón, al proceder de países inestables políticamente en algunos casos.

En sus conclusiones, el informe indica que las plantas de carbón son "muy útiles" para garantizar el suministro, ya que tiene la ventaja de "ser almacenable en las propias plantas o en las explotaciones mineras. No se verá afectado por lo tanto por las distorsiones del mercado mundial del carbón, como consecuencia de la creciente demanda, ni de los tipos de contrato", como le pasa al gas.

Además, el "rápido despliegue de las renovables, que no pueden ser gobernadas por el operador del sistema eléctrico", ya que dependen de variables meteorológicas, "producen cambios rápidos en la potencia y parámetros de la energía eléctrica demandada. Con el fin de garantizar una respuesta adecuada a estas variaciones, se requiere un sistema flexible, incluyendo centrales de carbón nacional". La situación geográfica de estas térmicas también se considera una ventaja, ya que se encuentran "próximas a las cuencas carboneras", por lo que no sufren penalización por transporte.

El punto de vista ambiental también se toca en el documento. "No tiene sentido la sustitución del carbón nacional por el de importación, ya que estaríamos incrementando de forma notable la huella de CO2 originada por el carbón de importación como consecuencia de su transporte". Añade el informe que "se debe notar que en cuanto a tecnología de generación eléctrica, no es el carbón la que más NOx emite, sino el ciclo combinado, al tener una reacción de combustión a temperaturas muy superiores". En todo caso, afirman, tanto el carbón como el gas "han sabido adaptarse a las limitaciones medioambientales y reducir hasta límites aceptables estos gases", cumpliendo las normativas de la Unión Europea.

En los últimos años, la minería del carbón española ha sufrido una reducción drástica de ayudas y de producción. En 2014 se no sacó ni la mitad del mineral previsto en el Plan del Carbón (6,8 millones de toneladas), y las subvenciones presupuestadas pasaron de 345,8 millones en 2010 a 32,9 en este 2015. Este descenso en la producción estatal de mineral no se ha traducido, sin embargo, en un descenso del uso del carbón de importación. En 2014 fueron 16,23 millones de toneladas las que se compraron fuera de España. Un año antes fueron 13,57 millones. Mientras el consumo de carbón de importación crece, las minas de Asturias y de León cada vez sacan menos mineral y cuentan con menos plantilla.

Compartir el artículo

stats