Por el contrario, en Langreo los precios se han mantenido más bajos. Desde el inicio de la crisis, el coste de los pisos en el concejo cabecera del Nalón bajo un 10 por ciento mientras que en Mieres se estancó.

Los especialistas coinciden a la hora de apuntar que el caso de Mieres "es singular por su especial gravedad". El Ayuntamiento confiaba en que con el desarrollo del plan urbano de la Mayacina, ya muy avanzado tras lustros paralizado, y las importantes inversiones en equipamientos, con el campus universitario como bandera, se lograría poner freno al despoblamiento. El padrón refleja que no ha sido así. El campus de Barredo, por ejemplo, fue alumbrado como el pilar sobre el que se edificaría el futuro de la ciudad, que aspiraba a convertirse en referente universitario, una pequeña Santiago de Compostela asturiana. El proyecto pretendía, según las administraciones, movilizar a 6.000 alumnos. Un sostén para el sector servicios. En los últimos cuatro años, las instalaciones han perdido prácticamente un millar de alumnos, al pasar de los 1.600 de 2011 a los aproximadamente 700 que hay este curso. Cuando en Mieres sólo funcionaba la antigua Escuela de Minas, ésta contaba con una matrícula anual de alrededor de 1.500 alumnos, el doble de la actual.

"En Mieres posiblemente falte iniciativa, no hay un Valnalón, por poner un ejemplo", sostiene el exprofesor de geografía de la Universidad de Oviedo, Aladino Fernández. Esta opinión es compartida por Rafael Menéndez, geógrafo e investigador del CeCodet: "En el concejo se echa de menos un mayor dinamismo interno".

En Langreo, no sólo el factor residencial y los nuevos equipamientos han sido claves en el propósito de captar población. En los últimos años, el sector de las nuevas tecnologías ha conseguido arraigarse, dando lugar a un importante foco de contrataciones para la población joven. También se ha consolidado un pujante campus de la FP.