Asturiana de Laminados (Asla), empresa asentada en el polígono de Villallana (Lena), pondrá en marcha un laminador único en el mundo el próximo mes. El equipamiento fabrica láminas de cinc con un ancho de 1.500 milímetros. El laminador producirá cinc simple, pero es necesaria una línea de especialización nueva para ampliar la oferta de acabados. En este punto se hace necesaria la ampliación de la nave en el polígono de Villallana, un área industrial aún a la espera de fondos para urbanizar. La propuesta del presidente ejecutivo de Asla, Macario Fernández, es que el Ayuntamiento permita la obra de ampliación sin que se ejecute la urbanización. "Llevamos funcionando en este suelo una década", afirmó ayer el empresario. Si las administraciones públicas no atienden su demanda, se deslocalizará la nueva línea y los ochenta empleos que generará.
El polígono de Villallana empezó a funcionar con dos empresas (Asla y Rioglass) en el año 2006, con el suelo sin urbanizar y sin accesos. La crisis se sumó al retraso en la tramitación, dos factores que dieron al traste con la actuación prevista para el área: presupuestada en más de veinte millones de euros con cargo a los fondos mineros. El gobierno de Lena (IU) inició en el anterior mandato los trámites para conseguir un plan parcial "más modesto" y ajustado a los tiempos de crisis. El documento, en fase de información pública, propone un acondicionamiento que supondrá un gasto de dos millones. La búsqueda de financiación no está cerrada.
La tramitación administrativa avanza muy despacio. Asla acomete sus planes para dar "el estirón" a una velocidad de vértigo. Las labores para la puesta en marcha del nuevo laminador incluyeron ayer la instalación de una chimenea en la factoría. Este sistema permitirá liberar el vapor de agua necesario para que funcione: "Es un sistema limpio, que no supone ninguna amenaza", destacó Fernández.
El laminador producirá entre 70.000 y 80.000 toneladas de láminas de cinc al año. Asla ha formado a algunos empleados para que conozcan el funcionamiento del dispositivo y planea una ampliación de plantilla inmediata, "quizás con tres nuevos puestos".
La creación de ochenta puestos de trabajo está ligada a la ampliación de la nave. Asla requiere de un espacio de proporciones "importantes" para la nueva línea de producción. Un equipamiento indispensable para sacar el máximo partido a su laminador de 1.500 milímetros: "Cada vez se piden más acabados, para usar cinc en fachadas y la construcción de edificios, es muy necesario que empecemos a producir pronto", destacó Fernández. Tan pronto como el próximo mes de octubre.
"Si nadie lo remedia, nos veremos obligados a deslocalizar esta parte de la producción. La línea que ya está funcionando (con un ancho de 1.000 milímetros) no se llevará a ninguna parte, eso no se puede mover", destacó Fernández. La deslocalización, aunque parcial, de Asla supondría un duro golpe para la comarca. La empresa emplea en su factoría a parados de la zona, principalmente del concejo de Lena. Según Macario Fernández, "apostamos por ofrecer oportunidades a los vecinos de las zonas en las que emprendemos nuestros planes empresariales".
Dejar la línea de producción en la calle no es una opción. Asla ha puesto muchas propuestas sobre la mesa, incluso financiar desde la propia empresa el acondicionamiento del área industrial. Ninguna tuvo encaje en las administraciones. Macario Fernández no encuentra razón por la que la nueva nave no pueda asentarse en un suelo que no está urbanizado: "Ahora mismo estamos trabajando así, y es incómodo. Pero es viable". En este punto, matizó que nadie desea la urbanización de Villallana más que los responsables de Asla: "Resulta incómodo recibir aquí a clientes y explicarles por qué estamos como estamos". Urge una respuesta inmediata.
