La herida que la Revolución de Octubre de 1934 ha desaparecido casi por completo bajo la contenida belleza de Santa Cristina de Lena. A simple vista, no se ve. Pero una nueva aplicación informática revela hasta qué punto aquella agresión a la joya del Prerrománico en Lena, fruto del fuego artillero del ejército para doblegar a los revolucionarios que se habían hecho fuertes en ese paraje, tuvo un impacto brutal. Un equipo de geólogos e informáticos asturianos ha desarrollado una nueva plataforma tecnológica llamada Petrobim, que a través de modelos virtuales en tres dimensiones ofrece información sillar a sillar del estado de un determinado monumento. Para demostrar el potencial de este desarrollo tecnológico han creado un modelo virtual de Santa Cristina y, con sólo un clic, se puede apreciar, piedra por piedra, la herida de aquel bombazo. En el gráfico que ilustra esta página tienen la muestra.

Petrobim es obra del informático Alberto Armisén y de los expertos en rehabilitación del patrimonio Luis Valdeón, Félix Mateos y Araceli Rojo. Es toda una innovación en el mundo de la gestión patrimonial. En estas maquetas virtuales puede almacenarse toda la información sobre el estado actual o la evolución del monumento. El detalle es máximo: piedra a piedra. Si el usuario hace click sobre cualquiera de los sillares obtiene toda la información acerca de su estado, por ejemplo. Así, puede visualizarse -ver gráfico adjunto- los distintos grados de conservación del edificio modelado o las distintas fases constructivas, marcadas en colores diferentes. Aunque esta plataforma está pensada para los profesionales de la gestión del patrimonio, también resulta interesante para el usuario básico. Es, digamos, una elocuente radiografía del edificio y de sus avatares históricos que, además, se puede manipular en la pantalla para obtener distintas vistas, tanto del exterior como del interior.

Este desarrollo tecnológico, una innovación netamente asturiana, busca ahora su hueco en el mercado con una ventaja añadida. Es fácilmente accesible a través de Internet. Aquel te tenga que trabajar con el edificio -consultar datos o introducirlos en el modelo digital- puede hacerlo desde cualquier lugar del mundo. El monumento "flota" en la nube, repleto de información.