El Ayuntamiento de Morcín acogió en marzo de 2010 una reunión del Consejo de Gobierno del Principado de Asturias. Al termino de esta reunión, los portavoces del ejecutivo de Vicente Álvarez Areces anunciaron dos importantes obras, que se ejecutarían con fondos mineros, en carreteras del concejo, con un importe conjunto de 12,7 millones de euros. Una de estas actuaciones era la reforma de la vía que une Santa Eulalia con Busloñe (7,7 millones de euros). Se trata de un eje de comunicación de un gran valor estratégico debido a su condición de corredor turístico, ya que es la comunicación más rápida con el Angliru desde el centro de la región. Transcurridos seis años, esta vías se encuentra casi intransitable. Lo que parecía una actuación de mejora inminente se ha convertido en una reivindicación imposible.

Los vecinos de la zona alta de Morcín llevan tiempo reclamando actuaciones de mejora en las carreteras de la zona alta del concejo. El PP se ha hecho eco de malestar, denunciando el "lamentable" estado de las carreteras que unen el Reguero con Busloñe y Peñerudes, denominadas, respectivamente, Mo-1 y Mo-2. Esta queja ha reabierto el debate sobre el proyecto de recuperación de la calzada que permite una conexión directa con el Angliru desde el centro de la región. El alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, compartió ayer el diagnóstico del PP: "Es cierto que la calzada se encuentra en muy mal estado y que requiere de una actuación urgente". En lo que el regidor ya no está tan de acuerdo es en el reparto de culpas: "El PP de Morcín debería recordar que fue el Gobierno de Mariano Rajoy quien suprimió los fondos mineros con los que se iban a pagar las reformas y, además, ellos también tienen un grupo parlamentario en la Junta para poder reclamar el desarrollo de estos proyectos".

La reforma de la carretera de Busloñe lleva ya casi una década siendo reclamada por el Ayuntamiento de Morcín. Además de dar servicio a los vecinos de la zona alta del concejo, esta actuación abrirá una vía rápida con el Angliru, ya que desemboca en Viapará, en plena ascensión al popular puerto ciclista. De hecho, la estrecha calzada ya fue utilizada en su momento por la organización de la Vuelta a España para trasladar hasta la cumbre del Angliru parte de la infraestructura de la carretera coincidiendo con varios de los finales de etapa disputados en la cumbre del Aramo. El tramo de calzada sobre el que hay que actuar tiene una longitud de unos 5,5 kilómetros de longitud. El proyecto inicial recogía que la carretera tendría un ancho de seis metros. El tramo más próximo a Santa Eulalia ya fue remozado hace años y se encuentra en buen estado.