El doctor Germán Rodríguez ha convertido su retiro en una aventura solidaria. Desde que dejó la medicina activa se pasa los veranos en Guatemala, intentando mejorar la calidad de vida de los tribus indígenas. En mayo volverá cargado de ilusión: "Son gentes con un afán impresionante por aprender", destaca el médico.

Germán Rodríguez aporta sus conocimientos médicos, pero mucho más. Ayuda a construir equipamientos y también a lograr que muchas poblaciones tengan acceso al agua potable. Todo ello en un país muy militarizado. Este veterano pediatra sabe que se juega la vida: "Cada vez que viajo me confieso por si me fusilan", asegura medio en broma medio en serio. Esta labor solidaria le ha llevado a ser distinguido como "Mierense del año". Cuando le comunicaron la decisión del jurado dudó. "No sabía si aceptar, ya que estas cosas no me gustan mucho, pero no puedo hacer un desplante a quienes con tanto cariño han pensado en mí, así que recogeré el premio con agradecimiento y luego me marcharé de nuevo para Guatemala", subraya Rodríguez.