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El pozo Santa Bárbara carece de un uso definido tras la reforma

Los trabajos de rehabilitación, en los que se invirtieron casi 700.000 euros, finalizaron hace ya más de medio año

El pozo Santa Bárbara, tras la rehabilitación de las instalaciones. J. R. SILVEIRA

El pozo Santa Bárbara, ubicado en el valle de Turón, sigue sin un uso definido cuando se cumple más de medio año de la finalización de los trabajos de rehabilitación. El Ayuntamiento de Mieres, uno de los principales interesados en darle salida a esta infraestructura, ha mantenido diversos contactos para conseguir abrir al público esta joya de la arquitectura industrial, pero de momento habrá que esperar. El Consistorio ha tanteado tanto a Hunosa, propietaria de la explotación minera, como al Principado. Y, según ha podido saber este periódico, también pretendía implicar al Gobierno central. Si bien, la actual situación del Ejecutivo, en funciones hasta que se forme un nuevo gobierno, no ha ayudado en absoluto.

El objetivo prioritario es que no ocurra lo mismo que pasó con el pozo San José, rehabilitado años atrás y actualmente clausurado. La idea que baraja el Ayuntamiento es que no se le dé un uso exclusivamente museístico, sino que se habiliten espacios para emprendedores y pequeñas empresas del concejo. Desde Hunosa se apoyó la puesta en marcha de una mesa de negociación con las administraciones implicadas para escuchar diferentes propuestas, sin negarse al uso industrial del pozo.

En este tiempo también se han escuchado proposiciones desde otros ámbitos, como el sindical. De hecho, el SOMA, que cuenta con un plan global de recuperación y rentabilización del patrimonio industrial, propuso que la Fundación Laboral de Minusválidos Santa Bárbara (Fusba) utilizase las dependencias del pozo para impulsar dos nuevos proyectos: uno relacionado con el archivo de documentos (tanto en papel como en medios digitales), y otro relacionado con la oferta de servicios medioambientales y a comunidades de propietarios. Finalmente, habrá que esperar para conocer qué futuro le esperan a estas instalaciones.

La rehabilitación de la explotación, considerada como Bien de Interés Cultural, era la primera fase de un ambicioso plan para recuperar todo el pozo. De hecho, en esta primera intervención se recuperaron los dos castilletes, la sala de compresores y el pozo de ventilación. La recuperación de la sala de compresores, construida hace un siglo, en 1915, y modificada en 1960 supuso la obra más importante. Los trabajos contaron con un presupuesto de un millón de euros procedentes del Gobierno central, aunque finalmente se ejecutaron por 662.483 euros, siendo dirigidos por el arquitecto José Ramón Fernández Molina, que firmaba el proyecto de rehabilitación.

Visitas guiadas

El interés de esa muestra del patrimonio industrial del valle de Turón se puso de manifiesto, además, durante la organización por parte del Ministerio de Cultura de una serie de visitas guiadas en las que los turistas pudieron aproximarse al pasado minero de Santa Bárbara. En total, pasaron por la explotación 643 personas, un dato nada desdeñable, como aseguraron desde Cultura.

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