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Un gran pantano bajo tierra

Los pozos de Hunosa acumulan tanta agua como las presas de Rioseco y Tanes

La operación para extraer el agua de las minas, un proceso necesario para evitar inundaciones en el exterior, cuesta 8 millones cada año

Los pozos de Hunosa acumulan tanta agua como las presas de Rioseco y Tanes

Hunosa acumula tanta agua bajo tierra, en sus explotaciones cerradas, como la que tienen los embalses que dan de beber al centro de la región. La empresa pública bombea al año de sus pozos clausurados una media de 36 hectómetros cúbicos de agua y hay años en los que se llegan a sacar 38, la misma capacidad que tienen el complejo de Tanes-Rioseco, o cuatro veces la que se podría embalsar como máximo el pantano de Los Alfilorios, en Morcín, que abastece principalmente a Oviedo. Si el agua no fuera extraída del interior de las minas acabaría rebosando y provocaría inundaciones.

El paulatino cierre de pozos mineros en la empresa estatal Hunosa no ha sido, como muchos pudieran pensar, un ahorro para la empresa. A pesar de que de las explotaciones ya no salga carbón, estas instalaciones no se pueden abandonar y su mantenimiento conlleva unos elevados costes. Como muestra un botón. Al comienzo de la década, los bombeos en los pozos cerrados le costaba a la hullera en torno a cinco millones de euros. A día de hoy, con más pozos cerrados -Candín, Monsacro o Sotón-, esa cuantía supera ya los ocho millones de euros.

La empresa estatal minera decidió ya en la época de Juan Ramón García Secades que debía sacar partido de todo ese agua que mana de las explotaciones, y ya entonces se comenzó a investigar sus potencialidades. Por una parte, la de su aplicación para la geotermia. El hecho de que el agua salga de la mina a una temperatura entre 20 y 25 grados favorece ahorrar la energía empleada en su calentamiento y puede ofertarse como sistema de climatización para equipamientos industriales, sanitarios o residenciales.

La llegada a la empresa de María Teresa Mallada ha servido para ahondar en estos proyectos, que Hunosa tiene previsto extender. A día de hoy, el agua del pozo Barredo se utiliza en el mayor sistema de climatización por geotermia del país, el instalado en el nuevo hospital Álvarez-Buylla de Mieres. La explotación mierense también ofrece calefacción tanto al edificio de investigación como a la residencia de estudiantes del campus universitario de la ciudad. Sin embargo, estos proyectos no son los únicos que baraja la hullera pública. En Mieres, Hunosa pretende llevar al barrio de La Mayacina su sistema de calefacción. Los primeros en poder beneficiarse de esta tecnología, que permitiría un alto ahorro energético serán los vecinos de los pisos de alquiler que el Principado ha construido en el ensanche mierense. Además, Hunosa también tiene previsto aprovechar el agua de otras dos explotaciones, la de Fondón, en Langreo, y la de Pumarabule, en Siero, para calefactar otros dos edificios.

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