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El cuartel, una ruina para Sogepsa

La sociedad del suelo del Principado gastó 5,1 millones en la sede de la Guardia Civil de Langreo a cambio del viejo solar con un edificio deteriorado y sin valor inmobiliario

El viejo cuartel de la Guardia Civil de Langreo, en estado ruinoso, del que se debe hacer cargo Sogepsa. F. RODRÍGUEZ

Con negocios como el del nuevo cuartel de la Guardia Civil de Langreo, no es de extrañar que Sogepsa (Sociedad Mixta de Gestión y Promoción del Suelo de Asturias) haya entrado en concurso de acreedores. Con la construcción del nuevo acuartelamiento Sogepsa ha pagado más de 5,1 millones de euros. A cambio, por el momento, no ha recibido nada. O casi nada, porque la sociedad ha sido condenada judicialmente a asumir el viejo cuartel, casi en ruinas, una operación que no quiere que se produzca. El Ministerio del Interior, por el momento, ha salido ganando. El nuevo cuartel le ha salido prácticamente gratis, a la espera de que los juzgados estipulen quién tiene que pagar el IVA de la construcción, 544.000 euros.

El Ayuntamiento de Langreo, el Ministerio del Interior y Sogepsa firmaron, en 2006, un convenio por el cual la sociedad mixta se encargaría de la construcción del nuevo cuartel de Langreo, en el barrio de El Puente. A cambio obtendría los terrenos de las viejas instalaciones de la Guardia Civil, ubicadas en Langreo Centro, la principal zona de expansión del concejo. Eran tiempos de bonanza económica y de una casi ilimitada fe en el ladrillo y la construcción como motor de la economía. Sogepsa, si todo hubiese salido bien, habría tenido a su disposición 4.964 metros cuadrados para uso residencial, divididos en dos parcelas, una la correspondiente al antiguo cuartel, y otra más pequeña, anexa al nuevo edificio del barrio de El Puente. Unos terrenos en los que hacer pisos y obtener plusvalías, si era capaz de ganar más dinero del que le iba a costar el acuartelamiento.

En estas dos parcelas, la sociedad pretendía construir un total de 325 viviendas. La edificabilidad del solar del viejo cuartel se había aumentado para permitir construir en él unas torres, un complejo residencial de carácter "singular", cuyo proyecto se pretendía obtener a través de un concurso público de ideas con arquitectos. La crisis se encargó de que el concurso nunca llegase a ver la luz. Muy poco tiempo después de que se firmase el convenio, y analizando el marco socioeconómico, el proyecto de las 325 viviendas ya estaba condenado al fracaso con la paralización total del mercado inmobiliario.

Pese a todo, Sogepsa acabó construyendo el cuartel, que lleva funcionando desde enero de 2014. La edificación ocupa una parcela de 1.680 metros cuadrados, y cuenta con una superficie construía de 4.510 metros. La estructura se divide en cinco plantas más sótano, y tiene una veintena de viviendas para los agentes. El coste del inmueble alcanzó los 5,1 millones de euros. Su puesta en funcionamiento se retrasó a causa del conflicto por el pago del IVA: ni Sogepsa, la constructora, ni el Ministerio del Interior (a través del Giese, Gerencia de Infraestructuras y Equipamientos de Seguridad del Estado), el receptor de la obra, quieren pagar los 544.000 euros del impuesto. Finalmente llegaron a un pacto para que el nuevo edificio pudiese utilizarse, ya que el viejo cuartel se encuentra en un estado de conservación lamentable. Tan precaria es su situación, que Interior llegó a tapiar las ventanas del inmueble, y los árboles y las plantas crecen en los muros y el tejado como si de los jardines colgantes de Babilonia se tratasen.

El Ayuntamiento quiere declarar el edificio en ruina para acelerar su demolición. Esta intención provocó un nuevo conflicto entre Interior y Sogepsa, ya que el responsable del cuartel podría tener que pagar el coste del derribo. El Ministerio denunció a la sociedad mixta de promoción del suelo, y la sentencia judicial le ha sido favorable. La Audiencia Nacional ha condenado a Sogepsa a hacerse cargo del solar para cumplir el convenio suscrito en 2006. Sogepsa, que estudia cómo recurrir, se defiende afirmando que el documento establecía la entrega de un cuartel "viejo, pero no ruinoso" a causa de la "falta del más mínimo mantenimiento y conservación". La sociedad, además, expone que "la única parte que ha soportado los gastos hasta la fecha ha sido Sogepsa". Lo cierto es que, más allá de los trámites administrativos y de los costes del traslado, de momento la nueva sede de la benemérita en Langreo le ha salido gratis al Estado. Mientras, el cuartel ha sido una ruina... para Sogepsa.

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