Los sindicatos CC OO y SOMA-FITAG-UGT están planeando recurrir la sentencia del juzgado de primera instancia número 10 de Oviedo que condena a ambas centrales a pagar 31.583 euros a una mujer de 79 años que sufrió lesiones en los oídos como consecuencia del estallido de un petardo en una protesta minera. Los hechos ocurrieron en diciembre de 2012, en una concentración realizada en la avenida de Galicia, frente a la sede central de Hunosa, en Oviedo. Los dos sindicatos mineros entienden que no son "responsables" de lo sucedido y que es "injusto" que sean condenados por unos hechos que "no hemos provocado ni alentado", esgrimieron.
En esa línea se expresó el secretario de Organización del SOMA-FITAG-UGT, José Luis Fernández Roces. "Nosotros vamos a recurrir seguro y estamos en contacto con CC OO para estudiar la posibilidad de hacer un recurso conjunto", apuntó el representante del SOMA, para añadir a continuación: "No entendemos que nos declare culpables por el hecho de que hubiera una pancarta allí, sin que se haya identificado a nadie como autor de los hechos".
"Esto casi nos condena a vivir en la clandestinidad" -argumentó Roces- "porque puede hacer pensar que cualquier cosa que pase en una concentración de protesta es responsabilidad de los sindicatos. Entendemos que lo que se debería hacer es identificar al autor y que afronte las consecuencias, pero es injusto condenar a toda una organización por algo de lo que no es responsable", apostilló.
En una línea similar, el responsable de Minería de la Federación de Industria de CC OO, Jaime Martínez Caliero, expuso que los sindicatos "respetamos a la Justicia", pero aclaró que "no somos responsables de lo que pasó allí". También aseguró que "recibimos la sentencia hace apenas unos días y nuestros servicios jurídicos están ahora mismo estudiando si se recurre".
La vecina de Oviedo afectada, M. L. R. P., caminaba por la avenida de Galicia, en Oviedo, sobre las seis de la tarde del día 20 de diciembre de 2012, en el lugar donde se desarrollaba la manifestación, cuando sufrió un "fuerte impacto sonoro" provocado por el estallido de un petardo que le provocó una pérdida de audición. En concreto, la mujer padece hipoacusia (disminución de la agudeza auditiva) y acúfenos (sensación de percibir zumbidos, pitidos o ruidos que no están provocados por un sonido exterior).
El fallo explica que "no existen indicios" de que la mujer padeciera con anterioridad hipoacusia y acúfenos. También resalta que los peritos médicos confirmaron que estas dolencias tiene carácter traumático y que existe un parte de atención médica en el servicio de urgencias.
