Más de un millar de cabañas de uso ganadero permanecen en pie en el concejo de Caso. A ellas hay que añadir casi otras mil que se encuentran en ruinas. Así se desprende del censo de elementos inventariados en las majadas del municipio casín, que ocupa el 81% del parque natural de Redes y que es el más extenso, con más de 307,9 kilómetros cuadrados, de la comarca del Nalón (los otros cuatro concejos juntos suman 339 kilómetros de superficie). El estudio, realizado por Tragsatec, expone que en Caso hay un total de 142 majadas ("mayaes"), áreas de pastos abiertas en distintas zonas de monte. Suman 24,34 kilómetros cuadrados de superficie -comparable a la de todo el municipio de Avilés o Sariego-, de la cual 5 kilómetros son pastizales puros, sin presencia de matorrales.

Caso desarrolla, desde el año 2008, cuando recibió un premio por su iniciativa, un plan para mantener y recuperar las majadas del concejo. Se realizaron mejoras en los caminos y en algunas de sus infraestructuras agropecuarias. A lo largo de la historia, estos pastizales de montaña han sido importantísimos para la economía casina. En cada una de estas brañas se construyeron cabañas y cuadras, en las que los ganaderos pasaban largas temporadas, principalmente durante el verano. Los animales tenían acceso a unos pastos de gran calidad y, al mismo tiempo, estaban vigiladas por sus dueños, que podían, incluso, recogerlas por las noches en algunas de estas estructuras.

En la introducción del libro "Les mayaes del concejo de Casu", de Fernando Fernández, Saturnino Gaspar Isoba explica como lo normal era que las cabañas de las majadas fueran "de planta cuadrada o rectangular, de piedra y techumbre de llábanas (losas) o de canalones (madera)". En ella, "se encendía el fuego, se comía y dormía, aparte de otros quehaceres, como hacer y reparar preseos (utensilios), madreñas, collares...". La construcción más modesta y humilde era el "corripu", que tiene "planta rectangular, hecha con los mismos materiales de la cabaña, y que servía para albergar a los animales, por lo general terneros". Estos conjuntos de cabañas y "corripos" formaban el "poblo". Un "lugar de convivencia, de relación social característica del monte casín".

A día de hoy, en el concejo siguen en pie 1.049 cabañas en "mayaes", construidas inicialmente para ser utilizadas por ganaderos. Están repartidas en las 142 majadas documentadas, si bien algunas de ellas prácticamente han desaparecido, y son 123 las que siguen utilizándose, en mayor o menor medida, para usos agropecuarios. A las 1.049 cabañas que aún se conservan hay que añadir otras 964 que están en ruinas, y de las que sólo quedan algunos muros y piedras. Hay que tener en cuenta que el municipio tenía, en 2015, un total de 1.663 habitantes, y que por lo tanto posee más elementos etnográficos que personas.

Entre las que más elementos de este tipo conservan se encuentra la que posiblemente sea la majada más conocida a nivel popular, la de Brañagallones. Aquí se conservan cabañas y cuadras ("corripos") que siguen usándose para la ganadería, y otras -también ocurre en otras zonas- que se utilizan para pasar unos días de vacaciones en un entorno privilegiado.

Esta "mayá" conserva 60 edificios, en pie y derribados, a los que habría que añadir el gran parador de montaña que preside la braña, y que se espera poder poner en marcha como refugio de montaña. Brañagallones tiene una superficie de 335.213 metros cuadrados (33,52 hectáreas), de los cuales 124.685 metros son pastizal.

En la Collá d'Arniciu -45,65 hectáreas de superficie total, con 6,97 de pastos- existen 32 elementos, entre cabañas y cuadras conservadas y derruidas. La majada más extensa es la de Vega Pociellu (en el entorno de Tarna), con 458.966 metros cuadrados de superficie, 128.722 de ellos con buenos pastizales. Mantiene 29 elementos etnográficos. La que más superficie de pastos sin matorral conserva es, sin embargo, la "mayá" de Mericueria, perteneciente a la localidad de La Felguerina. Tiene 40 hectáreas de superficie, 15,4 de ellas de buenos pastos. También tiene una importante riqueza de cabañas, cuadras y restos, 33 en total. Tras Brañagallones, la que más cabañas mantiene es la majada de Felguera, con 48 construcciones. Otras majadas de renombre son la de Melordaña (con 26 elementos, 27,5 hectáreas de superficie, de ellas 6,64 de pastos), Valdebezón (19 construcciones y 20,5 hectáreas, 6,8 de pastos) o La Escosura (30 elementos, 10 hectáreas, 3,8 de ellas de pastos).