Sindicatos y trabajadores llevan ya años alertando de la difícil situación que atraviesa el sector del carbón. Cierres de pozos, expedientes de regulación de empleo y despidos se suceden. El pesimismo está en la calle y los datos objetivos son cada vez más alarmantes. Los últimos que se han publicado, sobre la producción y la venta de carbón (hulla y antracita) en la región, dejan poco margen para la esperanza en la recuperación. El año pasado, se produjeron en Asturias 1,2 millones de toneladas de carbón en la región. Sólo se vendieron, según los balances oficiales, la mitad: 615.499 toneladas. FITAG-UGT y Comisiones Obreras (CC OO) exigen que se tomen medidas "urgentes" para incentivar la compra de carbón nacional y evitar así "el cierre inmediato" de las minas que aún están en activo.

El total de la producción bruta en Asturias se reparte entre 939.402 toneladas de antracita y 323.356 de hulla. Los datos no reflejan la pérdida de mineral que se produce durante el proceso de lavado, matizan desde los sindicatos. Una merma que ha disminuido mucho en los últimos años, con los avances tecnológicos, y que no afecta significativamente a los datos globales sobre producción y venta. El informe está reflejado en un estudio sobre la actividad industrial en la región.

¿Por qué se sigue produciendo si hay mineral almacenado? "Porque las características propias del funcionamiento de una mina de carbón impiden que se pare la producción en función de la demanda, es un trabajo que no permite ajustar la producción por su propia dinámica", explica el secretario general de CC OO de Industria de Asturias, Damián Manzano. Los datos no han supuesto una sorpresa para la central: "Sabemos que, durante el año 2015, disminuyó la quema del carbón nacional en torno al cuarenta y cinco por ciento".

Es un hecho que las empresas del sector, "tuvieron que almacenar buena parte de la producción". Una realidad que también tiene presente el secretario de Minería de FITAG-UGT, Víctor Fernández: "En Asturias, nos consta que la única central térmica que está comprando carbón nacional (bien de Asturias o de otras comunidades de España) es la de Soto de Ribera", afirmó el líder sindical. El resto de centrales, añadió, o no compran u optan por el carbón de importación: más barato pero, en la mayoría de los casos, sin restricciones ni garantías medio ambientales y de protección para los trabajadores.

El destino de las ventas, mayoritariamente, fue proveer a las empresas energéticas. Sólo 4.678 toneladas de antracita fueron para almacenistas, sin que haya registro del porcentaje de hulla, y una tasa se destinó a entregas al personal. Se trata del conocido como "vale del carbón", un derecho del que disfrutan trabajadores, extrabajadores y viudas de Hunosa.