La Federación de Montaña, Escalada y Montañismo pretende abrir el parador de Brañagallones como refugio de montaña el próximo mes de julio. Así lo aseguró ayer su presidente, Juan Rionda, tras visitar las instalaciones acompañado por los técnicos de la empresa pública Tragsa para comprobar su estado. La intención de la federación es que el Principado, propietario del inmueble, acepte realizar algunas reparaciones y mejoras, mientras que la entidad asumiría el mobiliario y la puesta en funcionamiento. De estas condiciones dependerá que asuma su gestión.
Rionda ya había hecho una primera visita al parador hace unos días acompañado por los directores generales de Turismo y Deportes, Julio González Zapico y Ramón Tuero, respectivamente, así como el alcalde de Caso, Tomás Cueria. "Fue una primera toma de contacto, queríamos ver cómo estaba el inmueble y comprobamos que tenía posibilidades para reconvertirse en refugio de montaña". Una denominación que, además, tendrá que legalizarse para que el inmueble pase de la Consejería de Empleo a la de Cultura y Deportes de forma previa a su cesión. Actualmente, el parador de Brañagallones tiene la consideración de hotel de tres estrellas.
Tras la primera visita, la Federación de Montaña concertó una segunda que se realizó ayer y en la que participaron los técnicos de Tragsa con la intención de dar cuenta de los desperfectos. "Hay algunas anomalías propias del lugar donde está", señaló Rionda, apuntando que "habrá que retejar una parte del inmueble porque se está filtrando agua en algunas habitaciones, y también reparar las humedades". Otro aspecto destacado es el suministro eléctrico. En la actualidad, el parador funciona con generadores de gasóleo que alimentan 80 acumuladores. La Federación de Montaña pretende que se instalen de cuatro a cinco placas solares para complementar el sistema eléctrico.
También se pretende incrementar la capacidad de las habitaciones del parador. Actualmente, el inmueble cuenta con una docena con espacio para dos personas cada una, con un máximo de ocupación de 24 huéspedes. "Nosotros queremos llegar a las cuarenta personas como mínimo, cambiaremos la camas por literas, dejando habitaciones para cuatro, cinco y hasta seis personas, porque no todas tienen la misma superficie", subrayó Rionda. Además de sustituir las camas por literas, la Federación de Montaña quiere cambiar la iluminación con bombillas LED para reducir el gasto eléctrico; también pondrán nuevos colchones y menaje. "Intentaremos aprovechar todo lo que podamos, pero hay enseres que no nos hacen falta y el Principado tendrá que retirar como lámparas, cuadros, alfombras o mesillas", apuntó.
Otro aspecto destacado por el presidente de la Federación de Montaña fue la necesidad de que el parque de Redes, donde se enclava el parador, "se flexibilice un poco". Y es que, como señaló, el acceso al inmueble se realiza por una pista ganadera de once kilómetros muy restringida. "Algunos subirán andando, pero tendremos otros visitantes que accederán de otras maneras, ya que no vamos a ceñirnos únicamente a montañeros". También solicitó Juan Rionda a la Consejería de Medio Rural que amplíe varios metros una visera para aludes para evitar que se cierre el acceso al parador durante todo el año. De hecho, la visita a las instalaciones no se ha podido realizar hasta ahora por este riesgo, ya que ni siquiera se podía quitar la nieve con la pala. En cuanto a la gestión del inmueble, una vez que pase a manos de la Federación de Montaña, "queremos dejarlo en manos de alguien de esta zona, que nos consta que están muy interesados y siempre se lo habían dado a personas de fuera". De avanzar la negociación en buen camino, la entidad deportiva podrá cumplir con sus previsiones y abrir el parador como refugio en julio, aprovechando parte de la temporada de verano.
