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Los ganaderos reclaman un plan para asegurar la convivencia con los osos

Los profesionales exigen a Desarrollo Rural que inicie ya programas de concienciación y pague los daños que produzcan los plantígrados

La imagen de un oso avistado en los montes de Aller.

Los ganaderos quieren poner la venda antes de la herida para asegurar la convivencia entre el sector y los osos. La Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (AGALL) en la comarca del Caudal exige a la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales que inicie un programa de concienciación y ejecute las actuaciones que sean necesarias para que la recuperación de la especie no entorpezca su labor. "No queremos que aparezcan los mismos problemas que tenemos con el lobo", señalaron los portavoces del colectivo. La reclamación de los productores llega después de los últimos avistamientos de plantígrados en Lena y Aller, los dos municipios que forman parte del corredor interpoblacional.

Es "imprescindible" que los osos tengan comida para que no ataquen a las ganaderías. En este sentido, alabaron las plantaciones que acomete la Fundación Oso Pardo (FOP). También el proyecto de recuperación del corredor del Huerna, en el que trabaja la Consejería de Desarrollo Rural, pero quieren que los responsables regionales no bajen la guardia: "Con una inversión esporádica para que vuelva el oso no nos vale, hay que controlarlo y saber que tendrá alimento y cobijo en los montes".

Los productores alertan que el acercamiento de los osos hasta las ganaderías puede tener consecuencias "fatales". La primera, aseguraron, que "empezarían a multiplicarse los daños y estaríamos en la misma situación que con el lobo". Es por eso que exigen, desde ahora, "un compromiso firme por parte de la Consejería de que se hará cargo de las indemnizaciones y no escatimará en ellas mintiendo".

La otra consecuencia es, según los productores, aún "más peligrosa". "El oso no es el lobo, un plantígrado puede llegar a enfrentarse con una persona si se siente amenazado. En los años en los que había grandes poblaciones en los montes de la comarca se producían muchos ataques a humanos", afirmaron los portavoces de AGALL. Para poner remedio a este problema, explicaron, sólo hay dos métodos: prevención y concienciación.

Es necesario, a juicio de los ganaderos, que la Consejería de Desarrollo Rural inicie ya una serie de programas para ayudar a ganaderos, cazadores y vecinos de la zona rural. Educar a la sociedad y garantizar así que nadie interfiere negativamente en la recuperación de la especie. Los responsables de AGALL temen que "la Consejería espere a que sea demasiado tarde para tomar las riendas en esta situación, igual que han hecho con el lobo".

Programas europeos

No están solos en su reclamación. La Fundación Oso Pardo alertó hace unas semanas de la posible aparición de osos "habituados": ejemplares que no temen a los humanos y se acercan demasiado a las poblaciones, con las problemáticas que esta situación puede acarrear. La entidad ha hecho ya una serie de programas, financiados desde la Unión Europea, que se centran en educar a escolares y formar a cazadores. Buena prueba fue la publicación del libro "La historia de la osa Villarina", un relato con dibujos para colorear que trasmite a los más jóvenes el respeto por la especie y la necesidad de preservar el entorno.

La convivencia, aseguran los productores, es más que posible. La asociación AGALL se compromete, desde ahora, a "ponernos en manos de la administración regional para todo lo que sea necesario". A la otra parte, reiteran, sólo le ponen dos condiciones a cumplir sin excusa: pago de todos los daños que se produzcan y formación para la sociedad.

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