El Consorcio de la Montaña Central, entidad que aúna a todos los ayuntamientos de la comarca, exigirá una mejora en la seguridad de la antigua carretera Oviedo-Mieres (N-630). La principal reclamación es la iluminación de los túneles de Morcín, que se han vuelto especialmente peligrosos con el incremento del tráfico de cicloturistas de los últimos años. "Si el Gobierno central no hace algo, tendremos que lamentar una desgracia más pronto que tarde", aseguró el alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao. Cuenta con el apoyo de la Federación Asturiana de Ciclismo, que considera la zona como "uno de los puntos negros más peligrosos de la región".
No es la primera vez que la situación de la vía N-630 genera reclamaciones. Para atenderlas, en 2011, el Ministerio de Fomento anunció que estaba redactando el proyecto para mejorar la iluminación de los túneles. Así había respondido el Gobierno central al incremento de tráfico de cicloturistas en la vía ya que, además de comunicar Oviedo y Mieres, es el principal acceso para llegar hasta la subida al Angliru. El entonces delegado del Gobierno en Asturias, Antonio Trevín, también aseguró que estaba lista una mejora en la señalización.
El tiempo pasó sin que llegaran las obras. En el anterior mandato, Jesús Álvarez Barbao aseguró que Fomento había dado marcha atrás en el proyecto: "Con la crisis económica aseguran que no hay financiación para estas obras", destacó. Una decisión que el máximo dirigente local no comparte porque, desde su punto de vista, "en materia de seguridad no se puede escatimar, es algo que tendría que estar entre las prioridades del Ministerio de Fomento".
La Federación de Ciclismo de Asturias, que preside José Luis Junquera, respalda la posición del Ayuntamiento. "Es una zona muy difícil y arriesgada", afirmó Junquera. En este sentido, el representante de los ciclistas afirmó que "siempre esperamos que se siga la normativa y las recomendaciones que hacemos. Llevar ropa reflectante es imprescindible para pasar por esos túneles". Son muy estrechos, no tienen arcén y la oscuridad es absoluta.
La falta de luz es el principal problema, pero no el único. En los últimos meses, especialmente en temporadas con precipitaciones, se suceden los desprendimientos de tierra y rocas sobre la calzada. Según Barbao, "hay una valla metálica instalada, pero no se acondiciona con la frecuencia necesaria y esto incrementa aún más la sensación de falta de seguridad".
Con todas las reclamaciones acudirá ahora el Consorcio de la Montaña Central ante el Gobierno central. La propuesta de Barbao pasa por "aprobar por unanimidad un escrito oficial y remitirlo al Ministerio de Fomento". "Consideramos que la seguridad de nuestros vecinos y de los conductores que pasan a diario por esa carretera es lo primero", aseguró el regidor.
