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AURI VILLAR | Representante de los vecinos del parque natural de Las Ubiñas-La Mesa

"El AVE fue un engaño para el parque natural, para Lena y para el Principado"

"Los daños de la Variante han sido muchos: acuíferos que se han secado, socavones en fincas, y lo niegan todo"

Auri Villar, representante vecinal en Las Ubiñas. FERNANDO GEIJO

Auri Villar (El Quempu, 1973) nació, creció y vive en el parque natural de Las Ubiñas-La Mesa. Poco sabía aquella niña que pasaba la tarde al fresco en la plaza de la iglesia de El Quempu que, un día, tendría la responsabilidad de defender los intereses de sus vecinos y el paisaje que lleva tantos años envolviéndola. Es la nueva representante vecinal del parque en la Comisión Rectora del espacio natural, un cargo que estrenó hace menos de un mes. Dice que su principal objetivo es "hacer llegar a la Administración las quejas de los vecinos". Que el Principado responda, afirma Auri Villar con una sonrisa, "es otra historia".

-¿Cuál es la principal reivindicación de los vecinos del parque natural de Las Ubiñas?

-Lo que pedimos es que se nos tenga en cuenta en la toma de decisiones. Y eso es lo que dije en la primera reunión a la que asistí como representante de los pueblos del espacio protegido. La consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez, me dio su palabra de que nos iban a escuchar.

-¿Puso alguna reivindicación concreta sobre la mesa?

-Necesitamos que se destinen más fondos para los vecinos que vive en los pueblos. Las partidas de 2014 y 2015 para los espacios protegidos, al menos en el caso de Las Ubiñas, fueron irrisorias. También la mejora de las infraestructuras. No podemos pedir que la gente venga a vivir a los pueblos con las carreteras que tenemos ahora y sin que se cubran los servicios básicos para asegurar una calidad de vida adaptada a los tiempos.

-¿No es incompatible esa petición con la conservación del entorno?

-En absoluto. No pedimos que se hagan obras nuevas, sino que se mejore lo que ya está. Antenas para telefonía móvil ya tenemos. Las carreteras ya están abiertas. El problema es que no se cuidan, no hay un mantenimiento, y eso lo pagamos los vecinos. Por supuesto que estamos en contra de cualquier daño, como los que nos han dejado las obras de la Variante.

-¿Se personarán en la denuncia contra el Adif ante la Unión Europea, junto a Campomanes y a los pueblos de León?

-Muchos hemos firmado en la campaña que impulsan los vecinos de Campomanes, aunque eso es un apoyo a título personal. No descartamos emprender otras acciones, porque los daños han sido muchos. Acuíferos que se han secado, socavones en fincas. Lo peor es que lo niegan todo, que no quieren dar ni una sola compensación. No entendemos que una obra de este calado no se haya ajustado ni siquiera a la normativa mínima y que nosotros, si quisiéramos hacer cualquier arreglo en nuestras casas, tendríamos que dar mil vueltas para conseguirlo.

-¿Por qué no hubo más oposición a las obras cuando se plantearon?

-Porque se vendieron muy bien. Nos dijeron que el AVE sería muy bueno y nos lo creímos. Ahora estamos así, con los daños medioambientales, con las obras paradas y sin que la Alta Velocidad haya llegado a Asturias. Fue un engaño para el parque natural, para Lena y para todo el Principado.

-¿Cómo ha influido la declaración de la zona como Reserva de la Biosfera en la vida de los vecinos?

-En nada, absolutamente en nada. No creo que se estén aprovechando los recursos que tenemos, pero es por la falta de atención de las administraciones. Hay pocas empresas de turismo porque se ponen sobre la mesa unos requisitos tan estrictos que la gente se echa para atrás. Para la mayoría de los vecinos, el parque se queda en una serie de reuniones en las que no pintan nada. Está demasiado politizado, eso es lo que hay que cambiar.

-Hace unos días apareció un lobo colgado en la señal de Espineo, pueblo limítrofe con el parque. ¿Cuál es el sentir general de los vecinos sobre esta polémica?

-Tenemos muchos vecinos ganaderos en el parque y, desde luego, nadie apoya que los lobos se cuelguen de las señales. Eso es una barbaridad. Pero es cierto que la gestión de la Administración regional es deficiente, y que los profesionales del sector están hartos. Hay retrasos en los pagos, hay daños que no se reconocen. Y eso es lo que no se puede permitir, el momento de llegar a esa tensión. Hay que buscar un acuerdo entre ganaderos, ecologistas y administración para la gestión de especies cinegéticas y no cinegéticas. De lo contrario, seguirá sufriendo el medio ambiente.

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