La Casa de Cultura de Pola de Lena sirvió de escenario del estreno del Club de la Salud de las Cuencas, que periódicamente se celebrará tanto en la comarca del Nalón como en la del Caudal. Mucho público asistió a la charla impartida por el doctor Ricardo Cuadra Romero, del equipo de apoyo de cuidados paliativos del Área Sanitaria VII. El acto está enmarcado en el Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas.

Abrió el acto Rosa Morán, concejala de Cultura de Lena, que manifestó que "los cuidados paliativos son un tema sobre el que hay poca información". Morán, profesional de la atención a la tercera edad, dijo que "todos, antes o después, hemos de cuidar a alguna persona, por lo que es imprescindible saber a quién y dónde recurrir para pedir ayuda".

Por su parte, el documentalista del Hospital Álvarez Buylla de Mieres, Ángel Mones, manifestó que "para los profesionales del área es un placer salir a la calle y establecer contacto con la ciudadanía fuera de los centros sanitarios, que es un modo de aprender más unos de otros".

El doctor Cuadra inició su exposición aportando una serie de datos estadísticos para que la audiencia tomara conciencia de la dimensión del asunto a abordar. Así, recordó que "en nuestra área sanitaria fallecen unas 600 personas cada año, de las que 250 necesitan cuidados paliativos", remarcando que "lo más seguro que tenemos en la vida es la muerte, de la que prácticamente no hablamos". Ricardo Cuadra con un lenguaje cercano y coloquial manifestó la importancia de la gestión del duelo ante la pérdida de un ser querido y que "la dominante cultura del éxito crea la falsa impresión de que todo tiene solución, incluso la muerte, a través de la tecnología". Llegados a este punto, hizo mención al movimiento anglosajón denominado "La muerte importa", que impulsa la preparación y planificación del propio fallecimiento. El movimiento hace hincapié en la existencia de los registros de voluntades anticipadas en los centros de salud, "en los que cada uno puede otorgar su testamento vital y manifestar cómo, llegado el momento, quiere ser atendido, si es donante de órganos, etcétera". "De este modo, la persona que se halla en el trance de morir mantiene íntegra su capacidad de decisión y los profesionales sabemos a qué atenernos" expuso el doctor, que advierte que en los seis años de funcionamiento del equipo de cuidados paliativos se han ido rompiendo miedos, asentándose la realidad de que los profesionales están dedicados al alivio del sufrimiento y al sostenimiento de la calidad de vida de pacientes, cuidadores y familiares.

El ponente lamentó que "en muchas ocasiones, los pacientes con necesidad de cuidados paliativos llegan demasiado tarde, cuando les queda poco tiempo de vida", mostrándose partidario de que "los equipos dedicados a esta función dispongan de más medios, humanos y económicos de modo que las unidades de cuidados paliativos estén siempre operativas. Cuadra aprovechó su intervención para diferenciar la sedación, procedimiento legal de administración de fármacos para rebajar el nivel de consciencia del paciente con el objetivo de aportarle un mayor confort y que, a pesar de la creencia común, no acelera la muerte, de la eutanasia, que consiste en producir la muerte rápida al paciente que así lo quiere, y que no está admitida legalmente.