Adiós al "skyline" que ha lucido Mieres en los últimos cinco años. Las obras de retirada de las dos grandes grúas de Oteypsa, con más de treinta metros de altitud cada una, llegaron ayer a la labor más importante: el desmonte de las inmensas máquinas. La constructora Oteypsa, actualmente en fase de liquidación, las dejó abandonadas en una parcela de la Mayacina cuando surgieron los problemas de solvencia. Tras años de quejas de los vecinos, que temían que las grúas pudieran desplomarse, el Ayuntamiento decidió abordar las obras de retirada de forma subsidiaria. Quitar las grúas y devolver la parcela a la normalidad tendrá un coste de 80.500 euros. El Consistorio tendrá que reclamar luego los fondos a la empresa, que está inmersa en plena quiebra.

La actuación que está ahora en marcha es la primera fase de un plan más ambicioso. El Ayuntamiento contrató a principios de año las labores, por una cuantía de 20.500 euros, y la empresa adjudicataria empezó a trabajar a mediados de mes. Tras vallar el entorno de la parcela, los trabajos se centraron en asegurar las bases de la grúa para evitar riesgos durante su desmonte.

La última parte de los trabajos, también la más complicada, comenzó ayer. Los operarios dedicaron la jornada a desmontar las grandes estructuras. Las grúas desaparecerán por completo antes de agosto, según las previsiones del gobierno local. Pero los problemas en la Mayacina no se quedan en las alturas.

En tierra firme, la parcela sobre las que se asientan las máquinas está en muy mal estado. El subsuelo guarda el esqueleto del edificio que nunca llegó a crecer. Está prácticamente levantada y sin rellenos, una situación que afecta a la estabilidad de la acera anexa. El paso a los peatones por ese tramo de la calzada lleva cerrado cerca de un año y, si nadie actúa, la falta de pilares podría poner también en riesgo la estabilidad de la carretera.

El Ayuntamiento prevé actuar en cuanto las grúas hayan desaparecido. La segunda fase de la actuación en la Mayacina tendrá un coste de 60.000 euros. Consistirá en un acondicionamiento integral de los terrenos y la devolución de los rellenos para dar estabilidad al entorno. El proyecto aún no está redactado, pero los técnicos municipales llevan ya meses trabajando en una detallada planificación. Las obras podrán comenzar después del verano.

Los mierenses esperan ansiosos por ver la parcela libre y tapada. Además de los citados problemas de estabilidad, los vecinos de los edificios anexos habían denunciado también un "problema de salubridad" por la falta de mantenimiento de la parcela. Los terrenos están llenos de maleza y se ha acumulado basura en algunos puntos.