"Still the enemy within" ("El enemigo aún está en casa") es el título del primer documental que narra la historia de la huelga minera de 1984, en Reino Unido, contra las medidas de ajuste de Margaret Thatcher (entonces Primera Ministra), narrada con la voz de los trabajadores. El estreno nacional de la cinta tuvo lugar en Mieres, en un acto que abarrotó el Auditorio "Teodoro Cuesta". "Es un encuentro de internacionalización del movimiento minero", señaló Marcos Merino, director de la película "Remine" y uno de los impulsores de la presentación del filme británico en la comarca del Caudal. Junto a él estuvieron Mike Simons, productor ejecutivo y periodista durante aquellas históricas barricadas; y Paul Jeep, minero protagonista de la cinta. El trabajador aprovechó la ocasión para dar algunos consejos sobre la lucha de la clase obrera, durante el encuentro posterior con el público: "Es necesario acercar a la gente joven al sindicalismo tradicional", afirmó.

Su rostro abre la proyección de "Still the enemy within", una cinta con un título que, igual que el contenido, tiene historia. Margaret Thatcher llamaba a los mineros "the enemy within" ("enemigo en casa") y los responsables de la cinta le añadieron "still" (aún), para dejar claro que aún sobreviven y están listos para pelear. En la primera toma, Jeep aparece con semblante serio, en un entorno desolado que antes era una de las principales minas del Reino Unido: "Aquí debajo trabajaron 20.000 mineros".

"Creo que, si hubiéramos ganado nuestra lucha contra Thatcher, ahora el mundo sería mejor", afirmó el protagonista. No la ganaron, pero la batalla fue muy reñida. Según narra la cinta, hubo varios momentos cruciales que marcaron el desenlace a favor del Gobierno de Thatcher. El primero, que muchos de los mineros de Nottingham no se unieron a la huelga convocada por el National Union of Mineworkers (Sindicato nacional de la minería), apabullados por las excusas de que sus explotaciones eran más rentables y no cerrarían. Promesa no cumplida: en los noventa se cerraron once de los 23 pozos de la zona, conocida como East Midlands. Segundo varapalo, que ningún otro sector industrial respaldó aquella movilización histórica, aunque sí tuvieron un fuerte apoyo social abanderado por los colectivos de estudiantes y LGTB: "Me sentí aceptado por primera vez en mi vida, así que los hubiera apoyado hasta la muerte", explica en la cinta un representante del colectivo gay en Gran Bretaña. Y el golpe final, que los temporeros (trabajadores eventuales) tampoco siguieron la movilización y no permitieron el mantenimiento de las explotaciones.

Una campaña mediática "de desprestigio", afirmaron los responsables de la cinta, y la férrea postura de Thatcher hicieron el resto. La huelga duró un año entero y lo que más marcó a Jeep fue la muerte de su amigo David Jones, el día de su 24º cumpleaños, durante una fuerte carga policial en Orgreave: "Me dijo que iba al coche, porque tenía miedo de que se lo destrozaran, se alejó unos metros y no lo volví a ver vivo", señaló la noche del jueves, en Mieres, un emocionado Jeep. Aún hoy, las causas exactas de la muerte del trabajador siguen sin esclarecerse.

Las fuerzas de seguridad, lo muestra la cinta, actuaron con una brutalidad nunca antes vista en Reino Unido. La película también relata otros detalles, estos amables, que pasaron desapercibidos en la época: la puesta en marcha de comedores sociales para las familias mineras y el importante papel de las mujeres. Betty Cook, una de las "mujeres del carbón" británicas, explicó ante la cámara que "lo que no sabía 'La dama de hierro' es que en todas las casas mineras hay 'damas de hierro'".

Pero nada resultó. Hastiados, cansados y tras más de un año sin cobrar su sueldo, los mineros fueron volviendo poco a poco al tajo. Aún hoy, más de treinta años después, a Jeep le queda un poso de enfado que no limpiará jamás: "Nuestro sindicato, el sindicato de los mineros, lo hizo bien. Pero el resto de sindicatos nos dieron la espalda", explicó ante el público mierense. Recordó que, el día que murió Thatcher, las que fueron zonas mineras en Gran Bretaña lo celebraron hasta el amanecer "mientras la prensa nacional estaba devastada por la pérdida". Hubo una carcajada entre el público.

"Perdimos la batalla, pero no perdimos la guerra", afirmó Jeep, otra vez serio. Desde su punto de vista, de aquella lucha nacen ahora movimientos como el "Occupy" (proyecto similar al 15M en Londres). Movimientos "esperanzadores", destacó el minero, pero que no tienen una base organizativa: "Al gobierno no lo derribas con una manifestación por Oxford Street, al gobierno lo derriba la unión de la clase obrera", destacó. Es por eso que, en su opinión, "los jóvenes tienen que aprender del movimiento sindical tradicional y adherir a su causa a los sectores que pueden paralizar un país".