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El asaltante herido sufre hepatitis y pidió el alta voluntaria en el hospital

Los agentes deberán ser sometidos a un control médico para descartar el contagio

Los policías que el pasado martes lograron detener a los atracadores del supermercado de la calle Aller se expusieron físicamente mucho más de lo que en un principio se desprendió de la compleja intervención. Este diario pudo confirmar ayer que el asaltante que resultó herido de bala tras amenazar de muerte a uno de los agentes apuntándole con un arma, que luego resultó ser una réplica, está enfermo de hepatitis. Es decir, los policías que lo redujeron se expusieron a un contagio.

L. J. E. G., según reconoció ayer su abogado, tiene graves problemas de drogadicción. Además, está enfermo de hepatitis. Los agentes que lo redujeron deberán someterse a una examen médico para evaluar su estado y descartar un posible contagio. Y es que uno de ellos sufrió un corte en una mano al sacar del vehículo a los delincuentes. En esas condiciones, los agentes inmovilizaron y esposaron a los dos implicados. Lógicamente, en ese momento L. J. E. G sangraba abundantemente debido al impacto de bala recibido en el abdomen.

El atracador herido sólo pasó una noche en el hospital, la del martes, debido a que la tarde del miércoles solicitó el alta voluntaria. Es decir, fue trasladado a los calabozos de la comisaría de Mieres por petición propia. Allí se encontró con su cómplice, que en todo momento permaneció tranquilo, casi como si no hubiera sucedido nada. De hecho, se mostró displicente con los agentes, exigiendo nada más llegar que se le preparase la cena.

El testimonio de los testigos y el propio informe interno no arroja dudas sobre la "ejemplar" actuación de los agentes. El primer disparo, el que hirió a L. J. E. G, fue efectuado tras apuntar éste a uno de los policías con un arma mientras le gritaba que pensaba matarlo. Aún en esa situación de tensión, el agente apuntó a las extremidades, como establece el protocolo. Herido, el atracador no cedió en su intento de intimidar al policía. De hecho, volvió a sacar la pistola por la ventanilla intentando "encañonar" de nuevo al agente, que se hizo ligeramente a un lado. Fue cuando efectuó el segundo disparo, apuntando a la mano del delincuente para desarmarlo, pero falló.

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