Los retos para combatir el cáncer de pulmón están en mejorar las técnicas de diagnóstico temprano y en una mejor educación y concienciación de los jóvenes sobre el tabaquismo. Así lo aseguraron los doctores José Antonio Llavona, radiólogo en el hospital Álvarez Buylla, y Luis García, neumólogo en el mismo centro hospitalario, durante la charla "Cáncer de pulmón: retos y soluciones. ¿Cómo mejorar la vida del paciente?". El encuentro estuvo organizado por la delegación de Mieres de la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer (AECC) y enmarcado en la programación del Club LA NUEVA ESPAÑA de las Cuencas. La cita arrojó datos alarmantes, como que el 75 por ciento de los casos diagnosticados están relacionados con el consumo de tabaco.

"Mejorar la detección del cáncer de pulmón es uno de los retos más ambiciosos a los que nos enfrentamos", señaló Llavona. Desde su punto de vista, lo "ideal" sería una prueba periódica "como ocurre con el cáncer de mama en las mujeres". Una medida que aún está lejos, ya que "actualmente supone un gasto muy grande y tiene que mejorar la precisión de las pruebas diagnósticas".

La esperanza de curación es mucho más alta si el cáncer de pulmón se detecta con una extensión mínima, sin afectar a otros órganos (lo que se denomina Estadio I). En estos casos, los pacientes se recuperan en un rango del 40 al 70 por ciento. Un porcentaje que cae en picado, cuando la enfermedad ha avanzado. En Estadio IV, el índice de curación está por debajo del diez por ciento. "El momento de la detención marca el pronóstico y el tratamiento en gran medida", destacó el experto.

Qué pasa cuando el paciente recibe el diagnóstico. Según Luis García, "pueden darse distintas reacciones, la ideal es la del paciente consecuente". Ese es el paciente, añadió el doctor, que "acepta la situación y colabora con el equipo médico". Su respuesta es "activa, siguiendo al máximo el tratamiento". Los más temidos son los "superpreocupados" y los "desalentados": los primeros "preguntan y consultan todo", generándose una angustia desmedida. Los segundos, muestran una actitud de que "nada depende de ellos" y caen en depresión. Alertó también de los pacientes "libres", aquellos que siguen su vida como si no pasara nada y "no colaboran con los tratamientos".

La atención a las personas que padecen cáncer de pulmón, sea cual sea su reacción, ha de ser global. "Es necesario un equipo de profesionales que abarquen a la persona desde distintos aspectos de su vida", afirmó García. Ese equipo debe estar formado por personal médico, enfermería, trabajadores sociales, psicólogo oncológico y personal de psiquiatría. Los objetivos principales de los profesionales han de ser, añadió el doctor, "entender y aceptar la enfermedad con la que va a convivir, compartir todo con las personas de confianza y recuperar el control de la vida".

Los dos expertos coincidieron, eso sí, en que una buena prevención es la mejor cura. Así, hicieron un llamamiento a la concienciación social para incrementar la formación "antitabaco" en las escuelas y erradicar el tabaquismo pasivo.