El juicio contra el acusado de apuñalar a un vecino en la localidad mierense de Grameo ha quedado visto para sentencia. La vista, que se había suspendido en abril a petición de la defensa, se celebró ayer al no haber conciliación. El fiscal mantuvo su petición de 10 años de prisión. Durante la sesión, testificaron tanto el agredido, Roberto González, como el supuesto agresor, cuyas iniciales responden a C. M. G. El primero de ellos aseguró que el acusado le había atacado por detrás, "a lo zorro", y con una navaja que ya llevaba abierta. El segundo mantuvo que González inició la disputa y dijo no recordar haberle causado las heridas.

El juicio se celebró en la Audiencia Provincial de Asturias. La víctima, Roberto González, aseguró durante su declaración que el acusado, diciéndole que le iba a matar, le dio un navajazo por la espalda, con un arma de 9,5 centímetros de hoja y que "ya llevaba abierta".

Los hechos se remontan al verano de 2014, y ambos implicados guardaban una muy mala relación a raíz de un conflicto con unas yeguas. La tarde del 28 de julio se produjo un encuentro entre ambos en las calles de Grameo, que se saldó con Roberto González herido de seis puñaladas. El acusado aseguró que días antes del suceso, la víctima le había insultado gravemente, y le había dicho: "Dile al hijo de puta de tu hermano que ya está limpio". En el día de autos, C. M. G. afirmó en su declaración que fue Roberto González el que intentó agredirle con un palo. Relató que esquivó el golpe y que sacó la navaja para intentar intimidarle, aunque González le cogió y lo zarandeó, tirándole contra una pajar.

El acusado aseguró que a partir de ese momento "no sé lo que pasó. No sé si le causé las heridas". El fiscal le reprochó al procesado que recordase todos los detalles "menos las seis puñaladas que le dio". Sin embargo, C. M. G. señaló que si hubiera querido matarle lo hubiera hecho con su escopeta de caza. Además, se mostró arrepentido por los hechos ocurridos y pidió perdón.

Los testigos que pararon la agresión afirmaron haber escuchado los gritos del agresor diciendo: "Te voy a matar" y aseguraron que habían apreciado el ensañamiento del agresor hacia la víctima y su "frialdad" tras haberlo apuñalado. Tras la agresión, Roberto González fue trasladado al Hospital Universitario Central de Asturias, donde fue operado de urgencia. Los forenses aseguraron que de no haber sido intervenido, las heridas causadas a la víctima habrían sido "mortales".