El hallazgo de un perro muerto y rodeado de excrementos en una finca de la localidad allerana de Caborana, denunciado desde Anadel, ha generado las primeras reacciones en el Ayuntamiento de Aller. El alcalde, David Moreno, pidió "prudencia" hasta que culmine la investigación y se esclarezca si el hecho fue un acto delictivo o un accidente. "No sabemos si su dueño estaba en condiciones de cuidarlo", destacó. El regidor añadió que, "si estamos ante un acto delictivo, esperamos que todo el peso de la ley caiga sobre esa persona".

Fue la Asociación Protectora de Animales de Aller la que dio la voz de alarma sobre el hallazgo del can, "en una situación higiénico-sanitaria deficiente y sin agua ni alimento necesario". El máximo dirigente local aprovechó la ocasión para felicitar el "excelente trabajo" que realiza la protectora en el municipio: "Desde que llegaron a un acuerdo con el Ayuntamiento, han hecho mucho por las mascotas del concejo. Su labor es digna de elogio", afirmó ayer. Desde Anadel destacaron que la muerte de un animal por abandono es constitutiva de un delito por maltrato animal: "Está castigado con penas que van de tres meses y un día a un año de prisión", informaron. El caso está ya en manos del Servicio para la Protección de la Naturaleza (Seprona), que ha abierto diligencias.