El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) "Sidra de Asturias" celebró ayer en Mieres su gala anual. Además de presentar la cosecha de 2015 y de premiar a los mejores productores y cosechadores, los profesionales se fijaron un reto que, a su juicio, no admite más demora. "Tenemos un crecimiento sostenido, pero necesitamos dar un impulso grande a las ventas y el mercado está esencialmente fuera de Asturias. Se puede vender mucha más sidra fuera de la región y ese debe ser el objetivo para los próximos años", apuntó Celestino Cortina, presidente del consejo regulador.

Los lagareros aspiran a remontar el Pajares sin que la sidra pierda atractivo para los consumidores. En este trayecto la denominación de origen cuenta con el apoyo del Gobierno del Principado. "La cosecha de manzana y la producción de sidra debe seguir siendo del agrado de los asturianos, pero hay que abrir nuevos mercados tanto a nivel nacional como internacional", señaló la consejera de Desarrollo Rural y Recursos Naturales, María Jesús Álvarez. Las campañas de promoción y los controles de calidad son las herramientas con que cuentan profesionales y administración para llevar la sidra asturiana a otros territorios. "Actualmente el 90 por ciento de nuestra producción se queda en la región. Nuestra sidra debe empezar a llegar a todos los rincones del mundo, empezando por los más cercanos", puntualizó Celestino Cortina. El Principado apoya a través de ayudas para el control de calidad y la promoción. "Este año son 175.000 euros lo que dedicamos a este tipo de proyectos, algo más que en 2015".

La denominación "Sidra de Asturias" y el Principado aspiran a incrementar las exportaciones en los próximos años. La base es buena. Las ventas impulsadas bajo este sello de calidad han crecido un 3,63 por ciento durante el primer semestre de este año respecto al mismo periodo del año anterior. El consejo regulador trabaja con 23 lagares y 272 productores. La superficie para plantación llega a las 582 hectáreas, con 22 variedades autorizadas en el Reglamento de la Denominación de Origen Protegida. Las cifras de cada campaña cosechera van en aumento. En 2010 fueron 1.043.747 los litros producidos. En 2013 el balance se elevó hasta 1.923.614 litros. La cifra está actualmente en 2.803.933 litros. Esto significa que en la cosecha de 2015, que ahora está en el mercado, se han etiquetado 1.738.000 botellas, por las 757.000 de 2008.

La administración no es el único aliado con que cuentan los lagares para abrir nuevos horizontes a la sidra. La hostelería, como siguiente eslabón de la cadena, juega una papel clave en el proceso de comercialización: "Estamos en un momento en que se necesita reflexión y unión. Sin la sidra y su denominación de origen el turismo en Asturias sería muy diferente . La hostelería le debe mucho y debemos ir de la mano", subrayó José Luis Álvarez Almeida, presidente de Otea, la asociación que agrupa a los profesionales de la hostelería y la hotelería del Principado. Celestino Cortina fue aún más lejos al reclamar una mayor profesionalización en todo lo relacionado con la sidra y su consumo. "La cultura de la sidra debería estudiarse en las escuelas de hostelería y de sumilleres", matizó.

El Consejo Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) "Sidra de Asturias" quiso ayer en Mieres alabar la calidad de la actual cosecha: "En líneas generales se trata de sidras limpias y sanas, ligeras, de poco cuerpo y ligeramente amables, con buena franqueza aromática y aceptable equilibrio". Este es el diagnóstico aportado ayer por los propios expertos, siempre puntualizando que "cada elaborador busca un perfil de sidra acorde a su marca".

La gala anual de la denominación se celebró en el recinto ferial polivalente de Nuevo Santullano con una notable afluencia de público.