Como cada vez que se celebra la fiesta del cordero, dos vecinos de más de 80 años, uno de Lena y otro de Quirós, reciben el galardón de los "Güelos del Aramo". El quirosano José Antonio Fernández y la lenense Ángeles Cajiao fueron los protagonistas en esta edición.

Orgullosos, posaron con sus respectivas placas, escoltados por los alcaldes y decididos a disfrutar de la jornada. A Ángeles Cajiao, natural de Piedracea, no se le borró la sonrisa de la cara en ningún momento, mientras recibía felicitaciones y besos. Más expresivo fue, con sus 89 años, José Antonio Fernández, o Antón, como le gusta que le llamen. "Recibir este obsequio es lo máximo, y más como quirosano que soy. Nací, vivo y viviré siempre en Quirós, y a mucha honra", sentenció. Se reconoció a sí mismo como un "güelu de pura cepa, de esos que quedan ya pocos" y aseguró que "tengo casi noventa años y aquí seguimos, orgulloso de ser de donde soy".

Para Ángeles Cajiao "no hay mayor placer que ser reconocida en el lugar de donde soy". Pero fue Fernández el que recordó su pasado, su niñez. "Todavía ahora me acuerdo de cuando era un niño y caminaba por el monte con el ganado". Desde los siete años, Antón trabajó "con las vacas y las ovejas, ayudando a mi padre, usando el mismo zurrón que él, aunque fuese muy grande, todos los días al pie del cañón".

Ahora, ocho décadas después de empezar, reconoce que todo ha cambiado. También asegura que estas placas son una manera de reconocer la tradición, casi "el mayor premio que se nos puede dar a los que somos de aquí".