Mieres Tubos maneja por primera vez en mucho tiempo datos esperanzadores que apuntan a que la factoría de Sueros podría recuperar pronto la actividad. Tras dos años sin producir y casi permanentemente al borde del cierre, los propietarios de la compañía parecen dispuestos a facilitar un acuerdo para que la factoría pueda rearmarse accionarialmente y así acceder a una financiación que ahora tiene cerrada . Las fuentes sindicales consultadas por este diario confirmaron que el acuerdo entre la dirección y los bancos está muy próximo. De hecho, el objetivo pasa por poder adquirir materia primera a partir de septiembre. De ser así, a principio de otoño la fábrica recuperaría la actividad.

El trabajo de fontanería que han venido realizando los sindicatos y el Gobierno regional ha terminado por hacer salir de su trinchera a la familia Uribarren, dueña de la factoría. Hasta ahora, la dirección se negaba a inyectar capital, al tiempo que tampoco permitía la entrada de nuevos inversores, lo que bloqueaba cualquier posible acuerdo con los bancos para el acceso a la financiación. Finalmente, la cúpula de la empresa parece dispuesta a buscar una salida. Los sindicatos no quisieron ayer dar detalles sobre los avances, pero reconocieron a LA NUEVA ESPAÑA que el acuerdo entre las partes "parece estar próximo".

Los sindicatos reclamaron el mes pasado a la familia Uribarren que, o bien ponía el capital necesario, unos 8 millones, para reactivar la planta, o bien dejase entrar a nuevos inversores. Durante los últimos meses Mieres Tubos ha recabado numerosos apoyos institucionales. Hace unas semanas, los grupos parlamentarios de la Junta General se comprometieron con los sindicatos a firmar una declaración institucional, con la petición de una reunión con el empresario Luis Uribarren, para mostrar el apoyo a la plantilla, que se manifestó por las calles de Oviedo. A la espera de que el acuerdo que parece latente se confirme, está previsto que el próximo 14 de julio trabajadores, sindicatos y partidos políticos se desplacen a Vitoria, donde tiene su sede central la compañía, para exigir un plan de viabilidad industrial.

Mieres Tubos lleva ya mucho tiempo al borde del precipicio. La fábrica de Sueros se dedica a la fabricación de barreras metálicas de seguridad y tubos de conducción y para invernaderos. Cuenta actualmente con cerca de un centenar de trabajadores. La plantilla está inmersa en una regulación de empleo rotatoria, pero cuando los trabajadores están en la fábrica no tienen tarea. La producción lleva dos años parada. Muchos empleados están ya agotando la prestación por desempleo. Otra ya han dejado la fábrica. Los sindicatos confían ahora en que septiembre se pueda comenzar a comprar materia primera para que la factoría retome la producción en otoño.