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Una comarca en venta

La liquidación de la Hullera Vasco Leonesa pone en el mercado, además de las minas, cientos de viviendas, economatos, colegios y hasta consultorios médicos

La localidad de Santa Lucía, en León, donde se pusieron a la venta decenas de viviendas. SILVEIRA

La liquidación de la Hullera Vasco Leonesa no es solo el fin de una centenaria empresa minera, sino que también pone en riesgo el fin de una comarca entera. Y es que el patrimonio de la compañía, que ahora tiene el cartel de "Se Vende", incluye más de un centenar de viviendas, colegios, y edificios municipales en la montaña central leonesa. Ciñera, La Robla, Matallana... Localidades todas ellas sobre cuyo suelo se construyó un enorme tejido que hoy se desvanece a la misma velocidad que el sector sobre el que se edificó, el del carbón. La comarca está en venta.

El plan de liquidación de La Vasco no solamente incluye la venta de las minas, el cielo abierto o las instalaciones industriales auxiliares de la centenaria empresa minera, sino que afecta a todo su patrimonio, incluidas las viviendas en las que viven hoy antiguos trabajadores con sus familias, o incluso viudas de mineros. Les piden entre 18.000 y 22.000 euros por sus casas. El sello de la Sociedad Hullera Vasco Leonesa preside también otros edificios como el consultorio médico de Ciñera o el centro de FP de La Robla. La empresa minera construyó en su día más de medio millar de viviendas en Santa Lucía y Matallana, Coladilla, Vegacervera, o las citadas Ciñera y La Robla. Muchas de esas casas ya fueron vendidas, pero sobre otras pesa ahora el concurso de la Hullera.

En el caso de Ciñera, por ejemplo, los administradores valoraron el barrio de las Casas Bajas en 2,5 millones de euros. Durante semanas, la situación mantuvo en vilo a los vecinos. El Gobierno de Castilla y León parece haber puesto solución a la situación. Hace unos días, el presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera (PP), anunciaba un acuerdo con los administradores concursales de La Vasco para comprar las viviendas del patronato de Ciñera. En total, el Gobierno de la comunidad vecina se hará cargo de las 128 casas bajas y los 12 pisos del pueblo, uno de los epicentros de las protestas mineras de los últimos años.

Con este movimiento, la Junta de Castilla y León busca "favorecer el traslado de la propiedad de esos inmuebles a sus actuales habitantes". Una vez que la propiedad esté en manos de la administración autonómica, las viviendas se ofrecerán a sus inquilinos al precio estricto que exige la administración concursal en el plan liquidador, entre los 15.000 y 22.000 euros dependiendo del tamaño de la vivienda. A este precio habría que sumar los gastos de formalización de ocupación de la vivienda y otros trámites del que carecen algunos de los inmuebles. Además, en caso de que los actuales ocupantes no pudieran hacer frente a la compra de la vivienda, la Junta ofrecería un alquiler social.

Las casas de Ciñera, sin embargo, no son el único patrimonio que se vende en la montaña central leonesa. La Hullera logró durante sus más de cien años de historia un patrimonio mayor que el de algunos Ayuntamientos. A las casas bajas de Ciñera hay que sumar los colegios de Santa Lucía y la escuela de formación profesional de La Robla, los antiguos economatos, que cerraron hace lustros, un cine que abrió en 1959, y hasta un restaurante, La Hornaguera. El casino, el hospital o las colonias de Santa Lucía son otros de los bienes que se subastan. Hasta obras de arte como una colección de dibujos de Ángel Ferrant que se expone en Valladolid. Todo a la venta. Las redes tejidas por la Vasco llegan hasta León capital, donde también se subastan cuatro pisos en una céntrica calle, cuya tasación supera en algún caso los 200.000 euros.

El próximo 20 de julio finalizan el plazo de presentación de ofertas dentro del proceso concursal. Mientras tanto, los mineros siguen luchando por su futuro. Hace poco más de una semana salían los cuatro trabajadores de la Vasco encerrados en el pozo Aurelio. Una protesta con la que exigían un futuro para sus familias, para su tierra. Una tierra que está en venta. No lo están ni sus gentes ni su espíritu.

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