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El mantenimiento de un inmueble en desuso

La Casa Duró, cerrada en 2011, generó el año pasado facturas por 7.000 euros

El Ayuntamiento de Mieres investiga un recibo de 436 euros por consumo eléctrico, cuando el inmueble cultural permanece sin ninguna actividad

Instalaciones de la Casa Duró. FERNANDO GEIJO

La Casa Duró fue hasta finales de 2011 el principal centro artístico de Mieres. El Ayuntamiento lo cerró alegando que el coste de mantenimiento era demasiado alto. Las instalaciones llevan ya casi cinco años clausuradas, sin albergar ningún tipo de actividad, pero el inmueble sigue generando gastos. El año pasado las facturas ascendieron a casi 7.000 euros. Sólo en luz y gas se pagó una factura de 436 euros.

El artista italiano Maximiliano Tonelli fue el último en exponer en la Casa Duró. Lo hizo en noviembre de 2011. Desde entonces, el centro está cerrado, sin ningún tipo de actividad. Aún así, el año pasado generó una factura de 436 euros en luz y gas. Este diario ha podido confirmar que el gobierno local ha encargado un informe para conocer de dónde vienen este cobro. En principio, la hipótesis que se baraja es que una luz pudo quedar encendida tras alguna de las esporádicas visitas rutinarias al edificio. No se descarta que este descuido se haya prolongado durante semanas, incluso meses. De todas formas, el gasto de mantenimiento que generó la Casa Duró durante 2015 no se limitó a la citada factura de 436 euros. El coste ascendió a cerca de 7.000 euros.

El PP ya ha tramitado una pregunta formal al gobierno local, a través del registro, para recabar información sobre el alto desembolso que supone el mantenimiento de una instalación cerrada como la Casa Duró. "Nos parece excesivo que una instalación sin actividad tenga unos gastos de más de 500 euros al mes", señaló ayer el portavoz municipal de los populares, José Manuel Rodríguez.

La clausura de la Casa Duró, en 2011, dejó a Mieres sin uno de sus principales referentes culturales. El centro, no obstante, llevaba años agonizante, con muy pocas visitas. De hecho, su clausura pasó prácticamente desapercibida durante semanas. Además, su mantenimiento resultaba muy costoso para su escasa proyección. Cada exposición conllevaba para las arcas municipales un desembolso de entre 1.500 y 2.000 euros, más la adquisición de una de las obras, lo que prácticamente doblaba el gasto.

La pinacoteca

En la actualidad, la Casa Duró está a la espera de que el Principado y el Ayuntamiento concreten el acuerdo que alcanzaron hace ya más de dos años para el traslado al centro de la valiosa pinacoteca del instituto Bernaldo de Quirós, situado a pocos metros. No obstante, esta iniciativa se ha enfriado durante el último año, entre otras cosas, por el rechazo de la nueva dirección del centro formativo, que prefiere que la colección de cuadros y esculturas permanezca en las dependencias.

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