El fundador y presidente de la ONG Mensajeros de la Paz", el Padre Ángel, no es amigo de los premios. Por eso, el mierense no muestra mayor preocupación por la propuesta para que le concedan el premio Nobel de la Paz, una petición a través de la plataforma "change.org" que ayer por la tarde sumaba 85.000 firmas y aumentando. "No perderé un segundo por este premio, yo saco pecho por otras cosas y no lo digo por humildad", afirmaba a LA NUEVA ESPAÑA.
La solicitud partió de Óscar Terciado, concejal de Izquierda Unida en el municipio madrileño de Fuentidueña del Tajo, y rápidamente sumó apoyos. No sólo de personas anónimas, sino que también se hicieron eco de la propuesta figuras televisivas como Ana Rosa Quintana, Anne Igartiburu, Kiko Hernández y Remedios Cervantes. En sólo una semana, las firmas subieron como la espuma y no es de extrañar que supere las 100.000 en sólo unos días. El Padre Ángel agradeció la solicitud, "ha sido el gesto de una persona buena", pero al igual que con otros reconocimientos hacia su labor, no quiso darle más importancia. "El mayor premio que tengo es dejarme querer por la gente, es haber tenido hijos y mayores con quien compartir la vida", aseguró.
El Padre Ángel sí quiso destacar el reconocimiento de otros premios Nobel, como el escritor Mario Vargas Llosa, con quien coincidió esta semana. "Él sí merece ese galardón, pero yo no creo que sea la persona indicada para eso", apuntó. Aun así, habrá que esperar a ver cómo evoluciona la petición. El Comité Noruego del Nobel es el encargado de otorgar el Premio de la Paz y según los criterios de selección de la Fundación Nobel, las personas que pueden nominar a este galardón han de ser miembros de asambleas nacionales y gobiernos de Estados, miembros de cortes internacionales, rectores de universidades y personas que han ganado el premio, entre otros.
De lograrlo, el galardón se sumaría a otros importantes premios que el religioso ha recibido a lo largo de su trayectoria como el "Príncipe de Asturias" de la Concordia, la Gran Cruz de Oro de la Orden Civil de la Solidaridad Social, la Alleanza Mondiale per la Pace o el Español Universal. En total, más de un centenar de reconocimientos. El trabajo del padre Ángel y "Mensajeros de la paz" es bien conocido a nivel internacional. El religioso comenzó su labor en el antiguo orfanato de Oviedo, un trabajo que sería el germen de los hogares de Mensajeros de la Paz.
Estos hogares se extenderían primero por España y después cruzaron fronteras, estableciéndose sobre todo en América Latina. Más tarde, diversificaría su actividad centrándose en nuevos proyectos con discapacitados físicos y psíquicos, mujeres víctimas de la violencia doméstica e inmigrantes.
En los últimos años, el Padre Ángel y la ONG se ha volcado con las personas mayores. De hecho, Mensajeros de la Paz se hizo el año pasado con las riendas de la residencia de mayores "Virgen del Carbayu", en el distrito langreano de Ciaño. El asilo langreano era antiguamente el Palacio de los Marqueses de San Féliz, pero también se le conocía como la Casa de Cimadevilla. Inicialmente estaba relacionado con la familia de La Buelga, una de las más destacadas de Ciaño, pero después pasó a manos de los Marqueses de San Félix. Estos donaron el inmueble en el siglo XX para la asistencia de pobres y ancianos de la zona, regentándolo unas religiosas.
