"SOS Praderas". Este es el nombre del proyecto europeo que lidera desde Mieres el Instituto de Recursos Naturales y Ordenación del Territorio (Indurot) con el objetivo de recuperar las praderas de siega. El programa, que utilizará los Picos de Europa como territorio piloto y contará con una ayuda de casi un millón de euros, fue presentado ayer en el Ayuntamiento de Mieres.

Tomás Emilio Díaz, investigador principal del proyecto, destacó la importancia de "SOS Praderas" para evitar la pérdida de biodiversidad, que está asociada al abandono de la actividad ganadera en la alta montaña. "Estas praderas naturales tienen un alto valor de biodiversidad, ya que pueden sumar más de cuarenta especies", destacó. Si bien la situación actual es más que preocupante. "Han desaparecido el 85 por ciento de los prados de siega en los Picos de Europa y esta situación se repite en otros entornos", explicó el doctor en Biología Álvaro Bueno, coordinador del proyecto.

Aunque los Picos de Europa serán el territorio piloto, la iniciativa tiene el objetivo de recuperar prados de siega en Aragón, Navarra, el norte de Portugal, Pirineos y el Sur de Francia. Ayer explicaron que la principal causa de su progresiva desaparición "son los cambios en la gestión del territorio, la instensificación de la actividad donde el relieve permite un acceso fácil y el abandono en áreas de montaña o húmedas, además de la presión urbanística en las parcelas más próximas a los cascos urbanos". Para combatirlo, "SOS Praderas" propone "el adecuado empleo de los recursos, la aplicación de subvenciones agroambientales y la comercialización de nuevos productos, como las mezclas de semillas". Aquí Bueno destacó que, actualmente, "no ha posibilidad de producción de semillas de nuestras praderas". Y de hecho, como explicó, "se está popularizando la compra de mezclas con plantas que no son autóctonas y potenciales invasoras".

Al recuperar las praderas de siega, no sólo se conserva este patrimonio común, también se busca el beneficio de ganaderos, agricultores y empresarios del ramo de las semillas. Y es que los profesionales del campo podrían comercializar la grana que salga de estas praderas, un tratamiento tradicional que ahora está en desuso. En este proceso jugará un importante papel el bando de germoplasma del Jardín Botánico Atlántico del Principado de Asturias, ubicado en Gijón, de cara a recuperar las semillas de la flora en cada zona.

Aunque se han elegido los Picos de Europa como territorio piloto, el proyecto ha seleccionado medio centenar de puntos geográficos dentro de su ámbito de trabajo donde realizar las acciones de recuperación de viejas praderías. Una vez que se comprueben los resultados óptimos, "el modelo de recuperación y conservación se podrá aplicar en otras zonas de Europa, especialmente en los países del este", subraya Tomás Emilio Díaz. Por eso, el investigador abogó por "recuperar el conocimiento tradicional sobre el manejo de los prados de siega e integrar todas las herramientas actuales a nuestro alcance, aumentando así la rentabilidad de estos medios y asegurando, de este modo, su persistencia".

"SOS Praderas" tiene un plazo de ejecución de tres años y forma parte del programa "Interreg Sudoe", una iniciativa que apoya el desarrollo regional en el sudoeste de Europa financiando proyectos transnacionales a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER). Los prados de pasto están incluidos entre los hábitats prioritarios europeos, y la Estrategia de Biodiversidad de la UE reconoce su deficiente estado de conservación.

Junto al Indurot, son socios en este proyecto el Consorcio del Parque Nacional de los Picos de Europa, la firma Semillas Silvestres y la Diputación General de Aragón. Además de los socios españoles, también participan el Instituto Politécnico de Bragança e Instituto Nacional de Investigaçao Agraria e Veterinaria, por parte de Portugal; y el Conservatoire Botanique Pyreneen de Francia.