El repecho es pronunciado y el camino angosto. El alcalde de Morcín, Jesús Álvarez Barbao, lleva años reclamando la mejora de los accesos a las capillas del Monsacro, entre otra cosas, para poder dar mayor dimensión a la romería de Santiago. Pese a la exigente aproximación, decenas de personas se dieron cita ayer en esta cima. La caminata tuvo su recompensa, pudieron disfrutar de las espléndidas vistas de este balcón natural desde el que se divisa todo el centro de Asturias, de música, juegos y productos de la tierra. No faltaron tampoco los actos religiosos en las capillas de esta montaña sagrada de más de mil metros de altura que cobijó el Arca Santa, según las crónicas medievales.

Si bien esta vieja romería había decaído en los últimos años hasta casi desaparecer, las mujeres de Morcín que integran la asociación "So la Malena" han dado un paso al frente y han tomado las riendas de la fiesta, junto al Ayuntamiento, dándole un notable impulso. Subir hasta el lugar de la fiesta lleva al menos una hora de caminata. Sólo un pocos pudieron ayer subir en todoterreno. El resto lo hizo a pie. El programa de actos comenzó a mediodía en la ermita de Santiago, monumento histórico artístico, donde se ofició una misa en honor al patrón. Tras la celebración del acto religioso, se realizó el reparto del "bollu preñáu", que no duró mucho en las manos de los hambrientos comensales. Las mujeres de la asociación ofrecieron una sabrosa comida casera a los allí presentes habilitando un servicio de bar en el "mayéu de les capilles". Las dos capillas ubicadas en la cumbre de la montaña morciniega datan del románico tardío. La de abajo, conocida también como de La Magdalena, es de planta rectangular y posee un ábside en su cabecera orientado hacia al este. Su construcción se remonta posiblemente al siglo XIII. La de arriba, bajo la advocación de Santiago y de Santo Toribio, posee mucho mayor interés arquitectónico, según los expertos, debido a su planta octogonal, con la que eran construidos los templos destinados a guardar reliquias.

En el interior de esta capilla se encuentra el pozo de Santo Toribio, que debe su nombre al obispo de Astorga que trasladó, según la leyenda, las sagradas reliquias desde Jerusalén hasta la cima del Monsacro.