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JESÚS RUIZ | Nuevo director del CeCodet de la Universidad de Oviedo, con sede en Mieres

"Pensamos recuperar el máster de Desarrollo Local, sería muy interesante"

"La Universidad del Mar está bien enfocada; es una iniciativa pionera y única, por eso tenemos que fomentarla y continuar con ella"

El nuevo director del CeCodet, Jesús Ruiz. IRMA COLLÍN

El Centro de Cooperación y Desarrollo Territorial (CeCodet) de la Universidad de Oviedo estrena nuevo director, Jesús Ruiz, en sustitución de Fermín Rodríguez, que pasa a ser presidente del patronato que gestiona la entidad. Ruiz, vinculado al CeCodet desde 2012, es considerado por su antecesor como un "aventurero", sobre todo porque ha participado en dos expediciones en la Antártida y prepara ya una nueva para el próximo mes de enero.

-¿Cómo afronta su elección como director del CeCodet?

-Con mucha responsabilidad. Es un reto personal, las condiciones económicas en la actualidad no son buenas, por la coyuntura económica digo, por eso me intentaré volcar en conseguir financiación para el centro, siempre vía proyectos, tal y como ha sucedido hasta ahora.

-¿Cuánto tiempo lleva vinculado al centro mierense?

-Desde 2012 como profesor adscrito. Entré en el CeCodet a través de pequeñas colaboraciones, relacionadas con mi perfil investigador, a partir de ahí me pidieron que participara de forma más activa como miembro y así lo hice.

-¿Cuáles son los objetivos que se marca para esta nueva etapa?

-Pues además de conseguir más financiación, creo que seguiremos con los mismos objetivos que ha tenido el CeCodet desde su puesta en marcha, como son servir a Asturias, con especial presencia en el territorio donde nos estamos moviendo, que es la comarca del Caudal. Ofrecemos ayuda de cualquier cuestión que pueda salir, tanto desde un punto de vista espacial como por cualquier conflicto o necesidad donde podamos mediar y aportar conocimiento y soluciones.

-Por tanto mantendrá intacta su vinculación con Mieres.

-Por supuesto, de hecho si conseguimos financiación vía proyectos tendrá varias cosas positivas para el territorio en el que nos movemos, porque se generará una inercia económica en la zona, y también servirá de puente de lanzamiento para jóvenes licenciados que se puedan formar en el centro y saltar después a la empresa privada u otros sectores.

-¿Qué papel juega la formación dentro del CeCodet?

-El CeCodet está organizado en varias líneas, una es la de investigación, que en este caso la llevaría yo; cooperación y la formación. De esta última está encargado Esteban Agulló y nuestra idea es recuperar un máster de Desarrollo Local que impartimos con muchísimo éxito durante varios años en la zona. Con la puesta en marcha de los másteres oficiales años atrás se cayó, pero pensamos que ahora sí se dan las condiciones y sería muy interesante revitalizarlo. Y luego, relacionado con este máster, queremos poner en funcionamiento un programa de doctorado, ésta es la idea que tiene el equipo directivo del CeCodet.

-¿Cómo será la relación con los otros CeCodet que se han creado en América? ¿Habrá posibilidad de impulsar nuevos centros?

-Nos planteamos para el futuro seguir teniendo una relación muy estrecha con los otros CeCodet e intentar, sobre todo, sacar adelante proyectos coordinados entre ambos, ese es el reto. Ya es más difícil que se amplíe la familia, lo veo complicado en la situación actual, pero si hay posibilidad, por supuesto que lo haremos.

-Otro de los pilares del CeCodet es la Universidad Itinerante del Mar.

-Sí, es un proyecto que está muy bien enfocado y queremos continuar con ella. Hay que tener en cuenta que es una iniciativa pionera y única, por eso tenemos que fomentarla y continuar con ella todo lo que podamos. No he participado de forma activa en ninguna campaña, pero no descarto hacerlo en el futuro si hay ocasión.

-¿Qué opinión guarda de su antecesor?

-Le tengo mucho cariño porque ha sido mi profesor, me he formado con él y con el resto de compañeros del departamento. Me he visto crecer con ellos como geógrafo, empezando por la titulación y luego en el plano investigador. De Fermín Rodríguez, lo que más destacaría, es la gran cualidad que ha tenido para unir cuestiones que son la esencia del CeCodet. Hablo del afán de servicio a la sociedad, la rigurosidad en la investigación y también un toque de aventura. Es muy expresiva la imagen que él utiliza para describir el centro, utilizando el símil del conejo que sale de la chistera. Hoy no tenemos nada, pero mañana, fruto del trabajo, de la inercia, de insistir, metemos la mano en la chistera y sacamos un conejo en forma de proyecto.

-Habla de aventura, pero fue su antecesor el que le llamó "aventurero" por haber estado en la Antártida.

-No sé si soy un aventurero. Hice mi tesis sobre el relieve glaciar en los Picos de Europa y me lo pateé todo, pero ya subirme a las cumbres? eso ya no es lo mío. Aunque bueno, en relación con la expedición de la Antártida, que es uno de los pocos lugares de la tierra donde hay sitios que nadie ha pisado, igual sí puedo calificarme como aventurero, pero sólo un poco.

-¿Cómo fue esa experiencia?

-Pues está relacionada con mis temas de estudio, el pasado glaciar de los Picos de Europa y la dinámica, ya no glaciar, pero relacionada con el frío que hay en toda la alta montaña. Estas son las condiciones que hay en la Antártida en la actualidad. Conseguí entrar en la expedición tras una estancia de tres meses que hice en la Universidad de Lisboa. Entré en un grupo de investigación muy potente, de gran prestigio internacional, a cargo de Gonzalo Vieira, que creó la ciencia polar en Portugal. Hicimos buenas migas y a partir de ahí surgieron líneas de colaboración. Coincidió que me incluyeron en un proyecto de investigación en la Antártida y a partir de ahí surgió la oportunidad de ir durante dos campañas. Este año hemos pedido otro proyecto que nos acaba de aprobar, así que volveré a la Antártida en enero.

-¿Qué se siente al pisar donde nadie ha pisado antes?

-Pues son sensaciones contradictorias. Por un lado, cuando estás haciendo el trabajo de campo y regresas de un día muy duro, vas pensando en tu mundo y te sientes muy afortunado por estar ahí, porque es muy difícil llegar a la Antártida. Pero también hay una parte contradictoria, y es que piensas en muchos casos que vas a llegar a un lugar donde nadie ha puesto un pie y, de repente, te encuentras tablas de antiguos naufrafgios en un recoveco, o un flotador empotrado en un frente glaciar. Entonces te das cuenta de que te puedes encontrar la huella humana en el lugar donde menos te esperas.

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