La cima del Monsacro reunió el domingo a cientos de peregrinos que ascendieron hasta "el mayáu de les capilles" fieles a una tradición histórica que data de finales de la Edad Media. Aunque esta romería había decaído en los últimos años, en 2013 las mujeres de Morcín que integran la asociación "So la Malena" dieron un paso al frente y tomaron las riendas para impulsar, junto al Ayuntamiento, esta cita festiva milenaria con la organización de un denso programa de actos para disfrute de todos los romeros que ascendimos hasta el "monte sacrum".

El sol y el calor ya apretaban desde primera hora de la mañana antes de comenzar a ascender las empinadas rampas de la montaña sagrada ya sea por la ladera norte desde la Collá, por la sur desde la Covarriella o por la este desde Los Llanos. Antes del mediodía, Jesús Alvarez Barbao, alcalde de Morcín, ya había dado media docena de viajes desde Los Llanos hasta el Mayáu les Capilles, por el único y muy peligroso acceso rodado, como conductor de un vehículo todo terreno en el que transportó a personas de avanzada edad o que tenían limitaciones físicas para realizar la ascensión a pie. El alcalde mostró una gran pericia al volante para sortear la peligrosa, irregular y empinada senda en zig zag de El Cintu cuyos desniveles llegan en ocasiones al treinta por ciento y en cuyas curvas no puede girar el vehículo sin realizar la maniobra de marcha atrás. Sin embargo, el aprobado con nota en la conducción del primer edil por la mañana contrasta con su suspenso de por la tarde al rodar por los suelos en la carrera de sacos en la que participó a pesar salir con ventaja por la calle número uno. Nunca sabe uno donde puede tropezar.

Poco después del mediodía, en la capilla de arriba, de planta octogonal, también conocida por su advocación al apóstol Santiago y al obispo Santo Toribio de Astorga, ligado a los templarios, el párroco Miguel García ofició la misa sobre el altar único y especial que cubre el pozo de Santo Toribio decorado con cargos mágicos, lugar donde estuvieron enterradas las reliquias que actualmente están depositadas en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo.

Desde la capilla de arriba, el ambiente matutino se trasladó posteriormente al mayáu de les capilles donde las integrantes de "So la Malena" habían preparado un bar para el aperitivo de la sesión vermú antes de que los peregrinos buscasen el cobijo de la sombra para compartir las viandas bajo los pocos árboles existentes, espineras en su mayoría, en la caliza cima del Monsacro. Tras la comida, entró en acción con su altavoz Misael Rodríguez, quien animó y dinamizó los juegos tradicionales de las carreras de sacos, el tiro de cuerda y la venta de rifas para el sorteo de un capón que se fue para Proaza.

El Monsacro ha sido siempre una referencia para todos los peregrinos que acudían a San Salvador de Oviedo camino de Santiago de Compostela. La atracción por esta montaña sagrada, conocida también como La Magdalena, topónimo que utilizan habitualmente los habitantes de Morcín, se debe a que el "Arca Santa" traída en el siglo V por Santo Toribio de Astorga desde Jerusalén estuvo guardada con las sagradas reliquias, incluido el santo sudario, en este monte antes de ser trasladada a Oviedo por el rey Alfonso II El Casto en el siglo IX, según se puede constatar en una crónica medieval. Actualmente, todas estas joyas están depositadas en la Cámara Santa de la catedral de Oviedo. El carácter sagrado de esta cima está datado antes del periodo cristiano. Los restos de una necrópolis tumular y de un dolmen delatan la existencia de moradores en la época prehistórica perteneciente a la cultura megalítica anterior a la Edad de Bronce, quedando todavía en la actualidad vestigios de la práctica heliolátrica -culto al sol- con los cardos mágicos a los que se les atribuye capacidad para la curación de enfermedades. Hoy en día todavía permanece vigente la tradición en algunos peregrinos de bajar un cardo mágico del Monsacro.

Bendición

El párroco Miguel García bendijo, tras la misa, varias decenas de cardos el pasado domingo. Con la invasión romana tiene lugar el cambio de culto de deidad pasando del dios Sol al dios Júpiter Tonante. La habitual práctica cristiana de sacralizar aquellos lugares que anteriormente ya habían tenido un sentido religioso en anteriores civilizaciones representa la culminación de un proceso de cambio íntimamente ligado al fenómeno religioso. De ahí proviene el topónimo "Monte Sacrum" que posteriormente derivaría en Monsagro y Monsacro. Las dos capillas datan del románico tardío. La de abajo, conocida también como de La Magdalena, es de planta rectangular y posee un ábside en su cabecera orientado hacia al este. Su construcción se remonta posiblemente al siglo XIII. Hasta su reconstrucción, en 1986, sirvió de cobijo a los animales que pastaban en el mayáu y que acumularon una capa de estiércol superior al metro y medio de altura. Al lado de esta capilla se encuentran vestigios de un antiguo cementerio y de un lugar conocido como el huerto del ermitaño. La de arriba, bajo la advocación de Santiago y de Santo Toribio, posee mucho mayor interés arquitectónico debido a su planta octogonal con la que eran construidos los templos destinados a guardar reliquias. En el interior de esta capilla se encuentra el pozo de Santo Toribio, que debe su nombre al obispo de Astorga que trasladó, según la leyenda, las sagradas reliquias desde Jerusalén hasta el Monsacro.

La historia, la leyenda, la religión, la tradición y la fiesta se entremezclaron una vez más en la cima de este monte sagrado de singular belleza paisajística y en el que las mujeres de "So la Malena" ejercieron como excelentes anfitrionas para todos los peregrinos que ascendimos hasta esta mágica montaña ya sea desde La Collá (ladera norte), desde Los Llanos (este) o desde la Covarriella (ladera sur). La fiesta del pasado domingo ha servido también como embrión para la fundación de "Amigos del Monsacro", entidad cuya finalidad será la promoción de esta mítica montaña sagrada y su primer paso lo darán después del verano para reunir a los alcaldes de Oviedo, Ribera de Arriba y Morcín con el fin de promocionar la senda o ruta de las reliquias entre la catedral de Oviedo y el mayáu de les capilles del Monsacro. Sin duda, una gran y necesaria iniciativa.