Los ganaderos de Coto Bello, una de las principales extensiones de pasto del concejo de Aller, llevan días en vela. Desde hace unas semanas están apareciendo numerosas vacas y potros muertos. El último, un ternero que apareció sin vida en la mañana del sábado. Por el momento, se desconocen las causas que están provocando el fallecimiento de las reses.

Hay algunas teorías sobre la mesa. Los productores más veteranos de la zona aseguran que las altas temperaturas que se han registrado a finales del mes de julio pudieron ocasionar un brote de alguna enfermedad entre la cabaña ganadera. Muy posiblemente, matizan, la enfermedad de la pasteurelosis.

Es un problema que ya han sufrido con anterioridad en el municipio. El verano pasado, afectó con mayor incidencia en El Rasón, pero también en Coto Bello y en San Isidro. Se cobró la vida de más de diez reses, informaron entonces fuentes municipales. La Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales confirmó el brote de la enfermedad.

Puede terminar con buena parte de la cabaña ganadera en muy poco tiempo. El año pasado, en El Rasón, registraron la muerte de cuatro reses en el plazo de una semana. Este verano, como ya había ocurrido en la anterior campaña, el caso ya se ha puesto en conocimiento de los veterinarios del concejo. La pasteurelosis está ocasionada por una bacteria que es mortal para los animales, pero que no se contagia a humanos.