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La inquietud de ser pueblo protegido

Los vecinos de Rioseco y Ladines muestran su incertidumbre ante los efectos que pueda tener la nueva protección patrimonial que les otorga el Principado

La inquietud de ser pueblo protegido

Las localidades coyanas de Rioseco y Ladines han sido declaradas lugares con el segundo nivel de protección patrimonial por el Principado de Asturias, uno por debajo del de Bien de Interés Cultural. Esto es, las autoridades regionales serán las encargadas de controlar que se respeten los valores culturales e históricos de una y otra población. Hasta ahí todo claro, pero la sorpresa llega cuando la mayoría de los vecinos desconocen el rango que se les ha otorgado a sus pueblos.

En este caso son los dos núcleos enteros los que gozarán de la protección, por lo que todas las alteraciones que se quieran realizar, reformas, construcciones, arreglos..., deberán hacerse en virtud del respeto a los valores tanto de la arquitectura como de la cultura, siempre respetando la buena conservación de los elementos a modificar. Eso sí, el proceso, que aún no ha finalizado, tampoco ha llegado a oídos de los ciudadanos.

En Ladines, ni Vicente de la Torre, ni José Manuel Álvarez conocían en profundidad el asunto. "Yo sé únicamente lo que vi en la prensa", apuntó De la Torre, que reconoció que, "de momento, por aquí existe poca información". Esa misma línea siguió Álvarez, quien en las últimas semanas estuvo fuera del pueblo durante su periodo vacacional, pero que a su vuelta no vio "nada de información ni ningún cambio en Ladines por culpa de esto". Ambos desconocen cuál es la postura del Ayuntamiento respecto a esta declaración. "De momento no sabemos nada más que lo que salió en los periódicos, quién sabe si dentro de un tiempo nos contarán algo más", señaló.

Otro de los vecinos de la localidad, José Manuel Armayor, ni siquiera había oído hablar de ello. "Es la primera noticia que tengo", explicó, añadiendo que "aquí no ha cambiado nada ni hay nada nuevo, ni siquiera en el tablón de anuncios que es donde normalmente suelen poner todas estas cosas". Dado el desconocimiento, Armayor no se atreve a aventurarse en cuanto a las consecuencias que esto puede tener para Ladines. "Como no sé nada, no puede decir si será bueno o malo", sentenció. Aunque otros añaden que "si se oculta, muy bueno no será".

En Ladines, cuando se les pregunta por el tema, recurren a la declaración de Sobrescobio como pueblo ejemplar, que se produjo en el año 2009, pero conocen más bien poco de este rango que se les ha otorgado. "Aquí no vino nadie, ni cambió nada en estas semanas como para que pensemos que van a hacer algo", concluyen.

Más de lo mismo sucede en Rioseco. Miriam García sabe "muy pocos detalles de la declaración, y solamente gracias a las noticias que se han publicado sobre ello", pero reconoce que "por ahora no se nos ha informado de nada más". Esta declaración de segundo nivel de protección patrimonial todavía no parece desglosada, porque "ni siquiera en conversaciones entre los vecinos, que ya sabes que estos temas siempre son motivo de conversación" apuntan Juan Luis Roces y María Antonia Díaz, que tienen su segunda residencia en la capital de Sobrescobio. Roces no ve "nada fuera de lo normal, y es extraño, porque esto es algo lo suficientemente importante".

Además de los dos núcleos de Ladines y Rioseco, también se han incorporado a este nivel de protección algunos bienes del concejo como la capilla de San Roque de Villamorey o el Torreón de esa misma población. Otros como la iglesia de San Andrés de Soto de Agues o el templo de San Pedro de Ladines gozarán también de ese rango.

Una protección que, por el momento, no parece haber llegado a oídos de los vecinos y que se hará completamente oficial cuando concluya el expediente abierto por la Consejería de Educación y Cultura del Principado de Asturias. Eso sí, todos ellos han sido ya incluidos en el Inventario del Patrimonio Arquitectónico de nuestra región.

Son datos que no han llegado a oídos de unos ciudadanos que o bien porque desconectaron por las vacaciones, o bien por desinformación, desconocen los efectos que tendrá esta declaración en los espacios donde viven. La palabra es incertidumbre y cierto temor a nuevas restricciones. Ladines y Rioseco siguen esperando más detalles de ese segundo nivel de protección patrimonial que por ahora, suena a chino para los verdaderos interesados.

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