El pueblo de Argame (Morcín) celebra este fin de semana su romería en honor de Nuestra Señora de las Nieves. Sin embargo, hasta hace una década, estas fiestas estuvieron en el dique seco. Fue entonces cuando Miguel González Mallada y los jóvenes de su edad se hicieron cargo de la sociedad de festejos para continuar con la tradición que tanto habían disfrutado desde niños.
-¿Cómo llegó a la presidencia de la asociación?
-Fue hace diez años. El pueblo llevaba sin fiestas desde el 2000, y tanto la gente de mi edad, como yo, las habíamos mamado desde pequeños. En cuanto tuvimos la oportunidad, con 19 años, nos metimos en esta aventura, que es un trabajo de 365 días.
-¿Qué situación se encontró al llegar?
-No había nada, era empezar desde cero. Las fiestas terminaron cuando estaban las pesetas y nosotros las retomamos con los euros. No hay mayor contraste que ése.
-¿Qué balance hace de estos diez años?
-Positivo. No dejamos de ser un pequeño pueblo de 90 habitantes y no nos podemos quejar. El día grande, cuando hacemos la jira, vendemos 1.200 bollos. Es como si multiplicáramos la población del pueblo casi por doce. Es algo por lo que al final uno dice que las cosas están saliendo bien.
-¿Ve continuidad de futuro?
-Después de estos diez años que llevamos en la asociación, es el turno de la gente más joven. Los estatutos dicen que habría que hacerlo cada cuatro, pero normalmente se hace siguiendo la franja generacional. Cuando los pueblos son pequeños, lo que tiene que haber es gente que venga por detrás y se haga cargo.
-¿Tuvo a algún familiar en la asociación anteriormente?
-Mi padre estuvo catorce años. A él y otros padres les toco llevar el tema de las fiestas hasta que no hubo continuidad y nos tocó a nosotros.
-¿Cuál es el programa de las fiestas de este año?
-Torneos de tute y parchís, verbenas, comidas populares y fuegos artificiales. Es un programa sencillo para tres días.
-¿Hay planeada alguna novedad en los próximos años?
-Todavía no está cerrado el ejercicio económico. Será el día 31, y los que se hagan cargo de la directiva de la asociación vendrán con sus ideas. A nosotros lo que nos queda es terminar bien estas fiestas y dejarles margen de dinero para que continúen con las fiestas en los próximos años.
-¿Cómo es la colaboración de los vecinos?
-Son los que más colaboran en todo. Y no solo los de este pueblo, sino de todos los de alrededor. Es muy raro el sitio al que vamos a vender algo y que tengamos una negativa por respuesta. La base para que las asociaciones y comisiones de festejos pequeñas se mantengan es que todo lo que tienes alrededor se involucre. La gente tiene que concienciarse de que si no se apoya las fiestas de los pueblos, si no se colabora echando una mano cuando hay romería en tu pueblo o en el de al lado, se pierden estas tradiciones, que son de las cosas más bonitas que tiene Asturias. En Argame, tenemos la gran ventaja de tener un polígono y las empresas, en la medida de sus posibilidades, colaboran económicamente.
-¿Y la de los más jóvenes?
Es diferente. Con 18 y 19 años, lo que quieren es disfrutar de las fiestas porque saben que llegará el momento en el que tengan que estar detrás de la barra. Ahora ayudan en los preparativos de las fiestas y después las disfrutan, también se hacen para ellos.
