La mina es más guapa si te la enseña Dolfín. Voz grave en él, y algo de recelo en los niños que van al Pozo Sotón para vivir las visitas teatralizadas, organizadas por Hunosa, en colaboración con empresas de turismo rural de la zona. Tienen como punto de encuentro el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería. Desde los aseos hasta la enfermería, pasando por las oficinas de los vigilantes, niños y mayores pueden disfrutar de lo que es la mina y la labor del minero por dentro, en un ejercicio para "acercar el sacrificio y el compañerismo a los más pequeños, el espíritu de la minería". Estas son palabras de Bárbara Canteli, la actriz del grupo "El Trasgu" de Laviana que da vida al personaje Dolfín, un guaje que pica carbón y es el encargado de explicar el trabajo en las galerías. Caracterizado como un minero, porta boina y lleva la cara manchada de negro, su primera presencia causa cierto recelo entre los más pequeños. Hasta que van cogiendo confianza.

No dejaron los niños de interesarse por cada cosa que se explicaba: la lampistería, las taquillas de los mineros e incluso el empuje de un vagón. Preguntaron a medida que la visita guiada y teatralizada avanzaba, dejando atrás a unos padres que tampoco perdieron detalle. Barbara Canteli, Dolfín para los visitantes, señala que "intentamos explicar también el compañerismo y el sacrificio que supone ser minero y su duro trabajo. Eso es precisamente lo que enseña la mina".

Bruno, de once años, junto a sus progenitores, miraba a Dolfín con recelo. Desconfiante. Y fue claro: "No sería nunca minero", dijo. Eso sí, añadió que "es todo muy bonito, porque nunca nos habían explicado mucho sobre minería y verlo todos juntos es algo que nos encanta". Precisamente ése es uno de los objetivos que se fijan tanto desde Hunosa como desde El Trasgu: poner en valor la mina y todo lo que la rodea, orientándola a que los niños conozcan sus entresijos. Fue el cometido de Dolfín, que interactuó con el grupo o al menos con los que no tuvieron vergüenza. Fueron reticentes los más pequeños, hasta que se dieron cuenta de la verdadera identidad del personaje y, entre cuchicheos, siguieron todas sus indicaciones.

La otra visión es la de los padres. Asumieron un papel secundario dentro de la actividad, pero no por ello restaron atención. Fernando Agüiar llegó de Cudillero con su hijo, con la idea de "inculcarle el valor que tiene esta Asturias, la minera, la de las Cuencas". Cree firmemente que es "algo muy positivo, pero no sólo para los niños, para los padres también, porque es educativo, interactivo. Tiene todo".

Y compartió con Bárbara Canteli la teoría de que "el interés de los pequeños crece porque lo ven en directo. Podemos explicarles en casa mil cosas sobre minería que nunca será lo mismo a tenerlo delante". Para este padre, "estas actividades son muy válidas incluso para los que somos de aquí, porque nunca se profundiza lo suficiente en lo que es la minería". Además, añadió que "está bien lo que vemos en los medios, en los documentales, pero hay cosas dentro que sólo se pueden conocer si las ves en primera persona".

En este primer día, algunos visitantes, como Lucía Neira, echaron en falta "algo más de interactividad con los niños", pero desde luego "es algo que acerca la mina, a Hunosa, y el tipo de vida que se llevaba y se lleva en esta zona". Si queda alguna duda, ya está Dolfín más que preparado para contar todos los secretos.