"Quedamos desamparados, es una injusticia". Esa era la frase que más se escuchaba ayer en el interior de los autobuses de la empresa municipal de transportes de Mieres (Emutsa). Todos conocían las intenciones del Ministerio de Hacienda, que pretende el cierre "inmediato" de esta empresa que, aunque deficitaria, realiza un servicio "impagable" para los vecinos. LA NUEVA ESPAÑA fue ayer un viajero más, siendo testigo de lo que acontecía en el interior de estos autobuses.

La línea 1, que une el casco urbano de Mieres con el valle de Turón, es la que cuenta con un mayor número de viajeros. Sin embargo, como ocurrió con el resto de trayectos, ya sufrió los recortes hace unos años. En su caso, se redujeron las frecuencias en horario de tarde, con un único servicio cada hora. Por eso, el anuncio del cierre no pilló a nadie por sorpresa. "Esperábamos algo así", asegura la turonesa Sagrario Palacios, quien se lamentaba del declive que está sufriendo el valle. "Éramos 25.000 habitantes y ahora no llegamos a 5.000, nos quitaron el trabajo de la mina y ahora pretenden dejarnos sin transporte, cualquier día nos aíslan completamente", apunta. Una opinión que también tiene Fátima Vilas, quien destaca que "me levanté con la noticia del cierre y no se me quita de la cabeza, es un problema importante para nosotros".

El autobús tarda veinticinco minutos aproximadamente entre el centro de Mieres y La Veguina, uno de los núcleos de Turón con mayor población. Por el camino, tiene paradas en el campus de Mieres, el hospital y Figaredo. La mayoría de sus usuarios son vecinos del valle mierense que llenan el autobús cada día. De hecho, el servicio del mediodía subió con unas treinta personas. "Desde que tenemos el hospital en Santullano hay muchos más viajeros", explica Carmen Díaz, dando cuenta de que no sólo no tenían que haber recortado viajes, "sino que tenían que incrementarlos". Su amiga Queti Rodríguez, que se sienta al lado, también se acuerda de los conductores: "Hay que tener en cuenta que son veintiséis trabajadores, no sé qué pasará con ellos si cierra Emutsa".

Junto a la puerta de salida del autobús se encuentra Hermelinda Lebrago, que vive en Urbiés. Esta zona cuenta con muy pocos servicios y se ve obligada a hacer transbordo en el valle para llegar a su casa. "Comprendo que la empresa es pública, pero deberían priorizar otras cosas, como la gente mayor que vivimos en los pueblos y tenemos que bajar a Mieres para ir al médico o al banco", destaca. Su vecina Margarita Suárez, que la acompaña en el viaje, opina igual: "Están desmantelando las Cuencas y pagamos los mismos impuestos que el resto".

Las afirmaciones de estos viajeros no son ajenas al resto del autobús. "Es el tema del día, no se habla de otra cosa", exclama Henar Ladreda. El cierre de Emutsa, para esta turonesa, "supondría un gran problema, porque necesito los autobuses para ir a trabajar, ya que no tengo coche". Si finalmente clausuran la empresa, esta mujer tendrá que buscar alternativas para llegar a Mieres. Mientras tanto, la línea 1 seguirá realizando este servicio en peligro de extinción.