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Hunosa aborda la rehabilitación del puente del pozo Carrio

La hullera destina 150.000 euros a mejorar el viaducto industrial más antiguo de la región que permanece en uso

El puente del pozo Carrio, cuya rehabilitación concluirá en octubre. FERNANDO GEIJO

Hunosa ha iniciado la rehabilitación del puente metálico del pozo Carrio, un elemento protegido, que ha sido incluido por el Principado en el Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. La hullera pública invierte 150.000 euros en la actuación que se desarrolla en la explotación minera lavianesa, en el que es considerado el puente industrial más antiguo de Asturias que sigue en servicio.

La estructura fue construida por Duro Felguera a principios del siglo XX aunque fue sustituida por la actual en 1945. Las obras ya están en marcha y concluirán en el mes de octubre, aseguró Hunosa. Incluirán la eliminación del óxido y la aplicación de un tratamiento para que no reaparezca, pintando posteriormente la estructura. También se reforzarán las pilastras, colocando tornillos ya que en ese material no se puede soldar, según aseguró Hunosa. Además, se cambiarán las vías y las traviesas del puente metálico, que están aún en uso y se utiliza para trasladar los vagones con el carbón.

El puente había sido rehabilitado en una ocasión. Ahora, Hunosa lo está acondicionando. El Principado incorporó en 2013 dos puentes metálicos vinculados a los pozos Carrio-Barredos al Inventario del Patrimonio Cultural de Asturias. Se trata, señala la resolución, de "dos extraordinarios puentes metálicos de factura netamente industrial que mantiene, pese a sus adaptaciones, las soluciones originales tanto en los perfiles roblonados del primero como en el arrioestramiento mediante cables del segundo". Son un elemento que "en las instalaciones mineras pocas veces alcanzada esta impronta", destaca la Consejería de Cultura, que también protegió en 2013 la bocamina y el castillete.

La bocamina data de 1934. Tiene portada de sillar de piedra y clave en la que figura el anagrama de la empresa. Esta bocamina del Primero Rimoria cuenta con una gran portada y comenzó su etapa productiva a finales del siglo XIX.

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