"Hoy hay muchos chavales que no saben quién fue Franco y lo que hizo". Celestina Marrón Llaneza -despedida ayer por familiares, compañeros y amigos en el tanatorio de Cabueñes- lamentaba el pasado mes de marzo, en un homenaje tributado por el Partido Comunista de Langreo, que la dictadura y la lucha de quienes la combatieron comenzara a perderse en el olvido. La historia de Marrón, que llegó a su punto final el pasado martes después de 90 años de una vida intensa, merece ser recordada. La histórica militante comunista langreana fue, según remarcaron ayer quienes la conocieron, una "luchadora tenaz" que "nunca se escondió" y peleó de forma incansable por las libertades y por los derechos de los trabajadores. Esa labor tuvo premio. Marrón recibió en 2009 la medalla al Mérito en el Trabajo, concedida por el Gobierno central.

Natural de Lada, Marrón perdió a su padre y a un hermano "asesinados por los falangistas" cuando apenas era una niña. También quemaron la casa de la familia. Se casó con 20 años y se hizo cargo de sus dos hijos tras separarse de su marido cuando tenía 27. Trabajó vendiendo cupones, en una escombrera y bordando por encargo, hasta que entró en 1966 en los comedores del pozo Candín. Se jubiló en 1991. Desde hace décadas residía en Gijón.

Marrón compaginó su vida laboral y familiar con una intensa actividad en la clandestinidad. Repartió propaganda, jugó un activo papel en las huelgas mineras de los años sesenta, fue "corresponsal" de Radio Pirenaica con el seudónimo de "Amapola asturiana de pura cepa", fue encarcelada y participó en la formación de Comisiones Obreras en La Felguera. Además, su casa fue refugio en varias ocasiones de destacados dirigentes comunistas perseguidos por el franquismo como Ángel León y Horacio Fernández Inguanzo "El Paisano".

"Fue un ejemplo a seguir, una mujer que luchó incansablemente por la libertad, la justicia y la democracia", resaltó ayer Antonio Pino en el tanatorio gijonés de Cabueñes, donde se celebró un acto para despedir a Celestina Marrón: "Comenzó a trabajar de niña, en aquellos oscuros años de hambre y fascismo, y dedicó su vida a la lucha, con entrega y fidelidad a la defensa de los derechos de los trabajadores, especialmente de las mujeres. Fue una mujer sencilla con las ideas muy claras que mantuvo un compromiso firme con el sindicato, a través de la Federación de Pensionistas, hasta sus últimos días".

En una línea similar se expresó el alcalde de Langreo, Jesús Sánchez, de IU. "Su vida es la historia de la lucha por la democracia y la libertad, en un momento muy complejo en este país como era la dictadura franquista. Tuvo un amplísima actividad en la clandestinidad y eso es algo que debemos apreciar". Y añadió: "Es un referente, un ejemplo de compromiso y un espejo en el que todos deberíamos mirarnos".

Vicente Gutiérrez Solís, veterano militante comunista y actual presidente de la Federación de Vecinos de Langreo, aseguró que Celestina Marrón "siempre estuvo ahí y se podía contar con ella, nunca se escondió. Era una mujer valerosa, solidaria, muy coherente con sus ideas y leal a sus principios y al sindicato. Participó intensamente en la defensa de la libertades y de los derechos de los trabajadores y no rehuyó ninguna batalla", concluyó Gutiérrez Solís.