Durante años permaneció olvidado, sin catalogar, invisible entre una montaña de documentos en el archivo del Instituto Geológico y Minero de España, en Madrid. El plano, de finales del siglo XVIII, recorre el tramo del río Nalón comprendido entre Laviana y San Esteban de Pravia, pero también realiza un periplo por uno de los episodios históricos menos conocidos del principal cauce fluvial de la región: cuando se convirtió en un canal por el que transitaban chalanas que trasladaban el carbón de las minas de la comarca hasta la costa. La aventura apenas duró una década, de 1793 a 1801, el tiempo que tardó el proyecto en ser desechado definitivamente por sus altos costes y sus problemas logísticos.

Una reproducción del documento, que analiza la navegabilidad del Nalón, fue presentada ayer en el Centro de Experiencias y Memoria de la Minería (CEMM) del pozo Sotón, donde se expondrá a partir de ahora. El responsable de la identificación y catalogación del plano ha sido Guillermo Laine, director técnico de Sadim (empresa dependiente de la hullera pública Hunosa).

"Encontré el plano en el archivo del Instituto Geológico y Minero de España hace dos años, cuando preparábamos los contenidos del Centro de Memoria de la Minería. El mapa venía titulado como plano topográfico del río Nalón sin ninguna especificación más y sin referencias sobre el autor o la fecha en la que fue creado", indicó ayer Laine, en el marco de la presentación del hallazgo que se desarrolló en el pozo Sotón.

La investigación del técnico de Hunosa permitió situar temporalmente el origen del documento, en el que aparecen nombradas las capas de capas de carbón que afloraban cerca del río Nalón, así como las poblaciones atravesadas por el cauce. En el plano se hace referencia al "concejo de la Viana" y al de "Langredo". "La información del mapa revela que es uno de los planos encargados por el ingeniero de Marina Fernando Casado de Torres sobre la navegabilidad del Nalón. Hay un dato sobre la influencia de las mareas en San Esteban de Pravia en 1793 y ya aparece nombrado el horno de desulfuración de cok de Frieres, el primero horno alto que hubo en Asturias y que fue montado por el propio Casado entre 1792 y 1794; sin embargo no hay alusiones a la Fábrica de Armas de Trubia, impulsada en 1795. Todo eso nos lleva a pensar que el plano data de 1793 o 1794", argumentó Laine.

El director técnico de Sadim esgrimió que el mapa ahora identificado es "unos de los 197 que se elaboraron sobre la navegabilidad del río Nalón y de los que apenas se conserva medio centenar. El resto han desaparecido o están sin catalogar". Laine estuvo acompañado en el acto de presentación del plano por Jesús Fernández Cid, director de Fusba, empresa que gestiona el CEMM; María Teresa Mallada, presidenta del Grupo Hunosa; y Luis Adaro, empresario e investigador. Adaro contextualizó la época histórica en la que fue elaborado el plano, haciendo alusión al extenso tratado publicado por su padre Luis Adaro Ruiz-Falcó, en 1981, bajo el título de "Datos y documentos para una historia minera e industrial de Asturias": "En el libro hay 300 páginas dedicadas a la canalización del Nalón. Era una época en la que la Armada española se ocupó de explotar las minas del Nalón para poder mantener la producción en las fábricas de armas, ante la elevada demanda de cañones. Este plano nos recuerda que el carbón, que ahora no tiene claro su futuro, ha sido básico para Asturias en los últimos 200 años".

La presidenta de Hunosa, María Teresa Mallada, remarcó, por su parte, que "Asturias tiene una historia digna de ser conocida en profundidad y me gustaría que desde este centro aportáramos paulatinamente todo aquello que pudiera hacer que la gente conociera mejor ese patrimonio".

El proyecto del canal del Nalón enfrentó a Gaspar de Jovellanos, nombrado para hacer un informe sobre la minas, y a Casado de Torres, designado para apoyarle. Jovellanos, al contrario que Casado, creía que el Nalón no podía ser navegable y abogaba por una conexión terrestre para trasladar el carbón hasta Gijón. El tiempo terminó dando la razón al ilustrado. Los costes se dispararon, las chalanas tardaban hasta 15 días en remontar el río tras dejar el carbón y una riada en 1801 destruyó lo construido. La carretera carbonera tomaría el relevo.