Los hosteleros del concejo de Lena tienen previsto ofrecer rutas para avistar osos en el valle del Huerna. Una iniciativa para la que la asociación Asturcentral ya está buscando a una empresa de turismo activo para iniciar el programa junto a los establecimientos la próxima temporada. Su presidente, Luis Núñez, afirmó que no aprovechar la recuperación de los plantígrados sería "contraproducente para el sector turístico en las Cuencas". Sin embargo, en lo que respecta a estas rutas, hay diversidad de opiniones.

Los ganaderos son los que se muestran más reacios a la idea de realizar rutas para ver a los osos. En primer lugar, creen que es poco probable que los turistas vayan a poder avistar a ningún plantígrado, ya que los habitantes de la zona lo hacen de casualidad. "Como no vayan a la parte de Somiedo, aquí difícilmente los van a poder ver", señala Gonzalo Valdés, ganadero de Tuiza de Arriba. El propio Valdés recuerda la primera y única vez que se topó con un oso. "Fue hace cinco años cuando estaba subiendo con el burro por el monte y éste comenzó a asustarse. Cuando miré hacia arriba, ahí estaba el oso", relata el ganadero. Para él, avistar este tipo de animales es fruto de la casualidad, como le pasó hace dos semanas cuando se encontró con un lobo. A las siete de la mañana, Gonzalo Valdés subió hasta el refugio Meicín, que es donde tiene el ganado y cinco minutos después, se cruzó con el depredador. Valdés definió la experiencia "como sacada de una película".

Además, señala que el aumento de la población de plantígrados puede ser perjudicial para los ganaderos. "El problema será cuando el oso mate a nuestras reses", señala Valdés mientras recuerda que varios de sus amigos perdieron a terneros y cabras por el ataque de un oso.

Entre los senderistas también hay diferentes puntos de vista. Por una parte, consideran que las rutas para ver a los osos son una buena manera de aprovechar los recursos de la zona. Además, creen que esta es una oportunidad para mejorar los caminos y promover el senderismo. Rosalía García y Javier Pandiella son un matrimonio que reside en La Coruña con una gran afición al senderismo, hasta tal punto de haberse comprado una casa en Tuiza de Arriba, a la que van siempre que pueden. "Nos gusta mucho el entorno, la montaña, la vida de los pueblos y demás", señala Rosalía García.

Javier Pandiella ve en estas rutas un modo de promover el turismo por la zona, que considera "poco explotada". Destaca la variedad de fauna más allá de los osos. "Esta mañana haciendo una ruta nos encontramos con buitres, rebecos y demás animales". Pero por otra parte creen que hay que mantener ciertas distancias, sobre todo para mantener el equilibrio ecológico. También apuntan en la misma dirección que los ganaderos en lo que respecta a la probabilidad de ver a los osos. "La mayoría de gente hará las rutas en fin de semana, pero el oso a lo mejor pasó por esa zona un par de días antes y no hay garantía de que vuelva a aparecer y coincida con las visitas", afirman. Otro caminante, Ignacio López, está de acuerdo con fomentar este tipo de rutas, porque "todo lo que sea formentar que la gente ande me parece correcto". Considera que cualquier idea es bienvenida, siempre y cuando se haga bien. Su compañero, Miguel Olmo, no está tan de acuerdo. "Yo estoy a favor de fomentar la infraestructura para mejorar la señalización de pistas y los recorridos, pero para qué molestar a los osos", afirma.

Luis Ortiz, residente en Valencia pero nacido en Salinas, va por el mismo camino que Olmo. "A los osos hay que dejarles que se muevan libremente y no creo que sea necesario crear rutas para ir a verlos". Eso es lo que defienden asociaciones ecologistas como la Coordinadora Ecoloxista d'Asturies y aunque Ortiz no se define así, considera que no tiene que haber rutas guiadas ni para osos ni para lobos, ni para ningún animal. Para él, simplemente "hay dejarlos libres por su hábitat".

Desde Asturcentral apuntan que más allá de ver o no a los osos, lo importante es, en palabras de su presidente, "disfrutar del momento y conocer los montes del lugar". Conscientes de que estas rutas pueden generar críticas referidas al cuidado de los animales, desde la asociación buscan una fórmula que respete al máximo a los osos y que ofrezca garantías a los turistas.

Para asentar a la población de plantígrados en el municipio, se han invertido más de tres millones de euros de la Unión Europea, repartidos en proyectos que han ejecutado entidades como la Fundación Oso Pardo (FOP) y la Consejería de Desarrollo Rural y Recursos Naturales.